Capítulo 22.-

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Gracias a Swee_tetegucksarahrc04LixzMiLilyValdez1 y sovthernlights; que no sólo participaron en la dinámica, escribieron cosas hermosas sino también que leyeron el capítulo, me retroalimentaron y lo hicieron aún mejor. Gracias. 

Dedicado también a: Tkook95Maggie_vkPatsReyesTAEGISSELLAriideSerranoDalmauvanvauxun_zuculento_rabanoMY_LOVE_BangTanboySminhoseoki y Satura19; quienes me dejaron sus ideas de extras. 

Espero disfruten del capítulo final y no se salten mi nota al final!

Las trompetas resuenan y rompen con la paz del cielo, las borrosas formas de las nubes entretejidas sobre el azul claro de sus cabezas convirtiéndose en receptoras de la música

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Las trompetas resuenan y rompen con la paz del cielo, las borrosas formas de las nubes entretejidas sobre el azul claro de sus cabezas convirtiéndose en receptoras de la música. Hay banderas surcoreanas por todo lado y los uniformes resaltan tanto que parecen la puesta en escena de una mala obra de teatro. Sus figuras, hombres y mujeres bien entrenados, se alinean en filas paralelas, con los sombreros de gala bajo el brazo mientras el féretro avanza, la larga y vivaz bandera de un país ingrato cubriéndolo por completo.

La fotografía con el rostro serio de su padre encabeza el desfile, es su hermano menor quien la sostiene de las manos mientras su madre camina firme a su lado. No hay lágrimas en su rostro, sus ojos lucen cansados y cristalinos, pero como buena esposa de un militar condecorado, la señora Kim aprendió a esconder bien sus emociones con el tiempo y está dispuesta a mantenerse firme hasta la noche, cuando pueda acurrucarse en su cama matrimonial y sentirla vacía luego de más de cuarenta años siendo compartida.

Es un funeral militar sencillo, con el himno sonando de fondo y las debidas honras del ejército a un hombre que dedicó su vida entera a su servicio. Taehyung no podría haber esperado algo diferente cuando, cinco días atrás, el general a cargo de las relaciones públicas los visitó en el hospital. La noticia de que su padre no viviría mucho más tiempo no parecía ajena al ejército, incluso cuando para ellos, su familia, parecía tan lejana.

¿A quién habían querido engañar?

Habían sido largas semanas en aquella habitación de hospital, rotándose para cuidarlo en las noches, llamando enfermera tras enfermera para que aumentasen la dosis de morfina cuando ya sus dolores eran insoportables. Habían evitado quebrarse frente al hombre que durante su infancia fue siempre inquebrantable, pero que durante aquellos días no hacía más que repartir perdones y palabras no dichas entre sus hijos de sangre y los hijos que crío con amor.

Sin identidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora