Hobi, Hobi.-

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La siguiente parte corresponde a un EXTRA que no interfiere en el desarrollo de la historia. Más tarde, el capítulo que sigue. ;) 

Jung Hoseok no necesitó que se lo dijesen

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Jung Hoseok no necesitó que se lo dijesen.

Lo supo aquella mañana al abrir los ojos y sentir que no había aire suficiente en el mundo para llenar el vacío que, de pronto, existía en todo el centro de su pecho. Lo confirmó cuando sus ojos se posaron en las placas de metal brillante que colgaban del marco negro que rodeaba la foto de un sonriente Jimin entre sus brazos. Era su fotografía favorita en todo el mundo, principalmente, porque en ella Hoseok sentía que sostenía a lo único que amaba y por lo que valía la pena respirar.

Así que, cuando a media tarde resonaron por su sala tres simples golpes, Hoseok ya lo sabía.

Fue por eso que no dijo nada cuando los hombres de pulcro uniforme le miraron con algo parecido a la apatía, sus manos sosteniendo firmemente una bandera coreana perfectamente doblada y una medalla plateada mientras uno de ellos repetía, con voz monótona, lo que Hoseok pensaba que era un discurso más que ensayado.

No los escuchó.

Se negó a sí mismo a permitirse escuchar las mentiras que dirían de la razón por la que nunca más vería los ojos brillantes de Jimin mientras observaban las estrellas desde la pequeña terraza de su apartamento o el por qué ya no sentiría el cálido contacto de los brazos del más bajo sobre su cuerpo cuando se reencontraban luego de un largo día de trabajo. A Jung Hoseok no le importaba nada más que saber que ya no habría más miradas llenas de estrellas escondidas, sonrisas destellantes ni abrazos cálidos.

No habría más Jimin en su vida y nada, absolutamente nada, justificaría aquello para él.

.- Lamentamos informar de la pérdida de un hombre tan importante para nuestra patria, agente Jung – la voz del hombre parecía tener eco en aquel momento, casi como si se negase a no ser escuchado – Podrá acercarse a retirar las pertenencias del soldado Park tras el funeral, además de eso... tenemos su carta.

Su carta... ¿Era posible sentir más dolor?

Hace años, cuando había perdido a Baekyoon se había sentido incapaz de leer las palabras que en algún momento la mujer había escrito para él y, en un arranque de furioso dolor, había quemado la carta y todas las fotografías que mostraban el rostro de la mujer. Había estado tan cegado con el dolor, que no se arrepintió sino hasta mucho después, cuando la rabia por la forma en cómo había muerto dio pasó a las preguntas y los miles de 'y si hubiera'.

No podría perdonarse a sí mismo hacer lo mismo con el recuerdo de Jimin.

Es por ello que se sentó el en el sofá con las manos temblorosas aferrándose a las placas del menor, con la fotografía que adornaba su mesa de noche justo a un lado y con los ojos fijos en el sobre blanco que esperaba por él sobre la mesa de centro. No le importaban las medallas, ni la bandera de un país que le había pedido demasiado a alguien tan entregado como Jimin. Ya se las entregaría a sus padres, pero en ese momento...

En ese momento Jung Hoseok sólo pudo desear escuchar su voz una vez más.

Y a lo mejor es su mente enferma por el dolor, su alma sangrante por las lágrimas que no han sido derramadas, que siente el cálido cuerpo de Jimin junto al suyo mientras sus manos abren el sobre con todo el cuidado que puede y, por un instante, no sólo lo siente, sino que su suave voz ronca en las mañanas, inunda sus oídos al comenzar a leer.

"Hobi, Hobi

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"Hobi, Hobi...

Seguro que si estuviera contigo mientras lees esto, me matas. ¿Qué es lo gracioso? Que sí lo estás leyendo es porque he muerto y lo siento.

¿Hay acaso otra cosa que yo pueda decirte, Hoseok? No puedo pensar, ni ahora ni ayer ni nunca, en algo más que pueda decirte para un momento cómo este, aquel instante en que estás seguro que ya no volveré a casa a molestarte para que cocines para mí o para que, simplemente, nos quedemos en el sofá acurrucados para ver una película.

Lo siento, Hobi.

Lamento ser uno más para ti, una estadística en las muchas pérdidas que ya has llorado incluso cuando me prometí jamás serlo. Así que no puedo evitar rogarte que no me llores, que no dejes que el dolor tome el control de ti y que sigas, que me olvides. Conviérteme en un simple rostro al cual conmemorar en algunas fechas, pero no en una herida más.

No quiero ser una cicatriz en tu corazón.

Pero, ¿qué diablos escribo? Casi puedo imaginar que nunca leerás esto, que en cambio, será como aquel entonces y estas palabras, junto a mis fotografías, irán a parar a una pila de fuego. Estarás tan enojado conmigo, Hoseok, que no podrás leer lo que te escribo por miedo y lo entiendo, es más, creo que lo prefiero así.

Porque de esa forma nunca sabrás esto: Quisiera decir que lamento no haber sido valiente y dado el paso que tú nunca diste por miedo, pero lo cierto es que me arrepentiré de no decirte en voz alta que te amo más que a un mejor amigo cualquiera y, a la vez, me sentiré tranquilo porque no soporto pensar que romperé tu corazón de esa forma con mi muerte.

Así que lo diré aquí y lo callaré para siempre: Te he amado desde hace tanto que no recuerdo no haberlo hecho. Te amo tanto que puedo vivir pensando en que mi amor es lo suficientemente fuerte como para sanar tus heridas, incluso cuando tú nunca estés listo para amar a alguien más después de haber perdido a Baekyoon.

Te amo y te amaré, como todas esas promesas cursis de amores más allá de la muerte.

Iluminaste mi vida, espero no apagar la tuya.

Con amor,

Jiminnie.

Posdata: Alguna vez nos encontraremos de nuevo, Hobi... así que no olvides que me debes una buena cena con carne de cerdo. Te espero en otra vida, una donde no haya miedo en ninguno de los dos."

Jimin no estaba ahí

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Jimin no estaba ahí. 

Así que Hoseok se permite acurrucarse sobre el sofá, sus piernas aprisionando su pecho mientras se lleva la fotografía contra el corazón, ese que late desenfrenado a la vez que las lágrimas comienzan a resbalarse por sus mejillas sonrojadas, un sollozo rompiendo con el silencio del lugar.

Jimin no quiso ser nunca una cicatriz en su corazón y nunca sabría que sería la más grande de todas.

.- El cobarde fui yo... l-lo siento... l-lo sien..to

Sin identidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora