𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 4 : 𝑈𝑛 𝑎𝑙𝑚𝑎 𝑚𝑎́𝑠

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- Hey, Glenn y yo nos vamos a por más comida para la niña - me quiso informar Maggie.

- Está bien, yo me quedaré aquí para ayudar a limpiar - habían pasado varios días, quizá dos desde el incidente con los generadores.
Maggie quiso que fuera con ellos pero preferí ayudar en la prisión. Los presos habían demostrado ser de ayuda y conseguí que Rick me hiciera caso en cuánto brindarles el beneficio de la duda.

Divagaba entre mis pensamientos pero fui interrumpida en mi paz. Pieck había aparecido a mi lado, ella también estaba guardando comida en una caja.

- Toma. - la pelinegra sacó la pistola de su bolsillo y me la tendió - Gracias por dejarmela - su tono no había cambiado, no me había mirado cuando me habló pero ya era un avance que hubiera agradecido algo que venía de mi. Después de eso volvió a desaparecer el resto de la mañana.

Las mañanas eran cansadas, todas las horas lo eran a decir verdad. Me dediqué a sacar cuerpos con mis amigos, los sacábamos al patio que había en la parte trasera de la prisión. Algunos eran ligeros y sin embargo otros los teníamos que sacar entre los tres.

Pasaron horas hasta que nos sentamos a comer, pensábamos esperar a Maggie y Glenn pero tardaban más de lo estipulado. A veces las cosas se alargaban porque había muchos caminantes e interrumpían la expedición.

Rick había desaparecido un par de días desde la muerte de Lori, pocas veces se dejaba ver y es que su muerte le había afectado mucho, estaba perdiendo la cabeza. Ese día se sentó a comer con nosotros y presenciamos una escena muy tierna. Por primera vez en días Rick había vuelto y sorprendentemente estaba limpio de sangre, supuse que fue obra de Hershel cuando fue a por él y le ayudó a entrar en razón, no era recomendable que su hijo viera a su padre tan sangriento y desorientado. Beth se había convertido en la cuidadora de la bebé por excelencia por lo que Rick se dirigió a ella para reclamar el bebé que era suyo.

La cogió por primera vez desde que nació, su mirada era de amor y relajación. Su bebé estaba bien, Carl estaba bien y el resto del grupo, los que quedábamos, estábamos sanos. En un mundo así no se podía pedir mucho más.

Glenn y Maggie seguían sin aparecer, ya empezaba a rondar la tarde y nos preocupamos. Más fue nuestra sorpresa cuando Rick y Carl aparecieron con una mujer, su piel era de un color negro muy oscuro, rastas y tenía una catana como arma.

- Traía comida de bebé - Carl llevaba una cesta del supermercado al que Glenn y Maggie se dirigían, en ella había muchísima leche para alimentar a la pequeña.

- Tumbarla ahí - nos mandó Rick, cogí una manta y la apoyamos en ella, Rick no se quiso arriesgar a meterla en nuestro pabellón así que la dejamos en el suelo del comedor. Tenía una pierna herida, esta sangraba bastante - ¿Quién eres? ¿Como te llamas? ¿Por qué llevabas comida de bebé? - las preguntas de Rick rebotaban en la mente la mujer, se veía dolorida y aturdida.

- Rick. - parece que me entendió porque me cedió un lugar a su lado. Me acerqué a ella con vendas y sustancias para sanar su pierna, si seguía haciéndole esas preguntas se cerraría en sí misma y no nos contaría nada. Coloqué un trapo húmedo en su pierna, está se revolvió como si le estuviera arrancando la piel - Estate tranquila - fue lo único que pude decir, estaba concentrada en no hacer daño y el continuo movimiento no me dejaba hacer mi trabajo.

Continúe limpiando la herida como Hershel me enseñó, era de utilidad que fuera veterinario cuando el mundo estaba bien. Me dejó limpiar la herida y coserla, lo último que hice fue vendar con cuidado la zona.

- No hagas movimientos demasiado bruscos o te saltarán los puntos. ¿Puedo saber tu nombre? - dudó un poco pero cedió ante mi mirada tranquilizadora.

No te pares || Pieck FingerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora