𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 19 : 𝐸𝑠𝑡𝑜 𝑛𝑢𝑛𝑐𝑎 𝑡𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎

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- Aquí empieza todo mañana - comenzó a decir Rick, estábamos en una cantera bastante grande con una milésima de caminantes en su interior. La entrada y salida estaban bloqueadas con dos grandes camiones y solo un par se escapaban de vez en cuando, teníamos un plan. Mientras Rick lo repasaba yo lo iba ideando en mi cabeza una y otra vez para que todo saliera según lo planeado. Esa cantera llena de caminantes era la razón por la que Alexandria seguía en pie, si se escaparan todos de golpe arrasarian el pueblo ya que estaba orientado hacia este. Rick lo descubrió con Morgan el día que fueron a enterrar a Pete fuera de los muros, no queríamos asesinos enterrados allí.

Teníamos vario puntos con globos de colores amarrados a tablones y árboles. Daryl iría en la moto dirigiéndolos junto con Sasha la hermana de Tyreese y Abraham. Porque si, íbamos a abrir el paso que les bloqueaba para dirigirles fuera de la comunidad al menos 30 km en dirección contraria. Parecía una locura visto desde fuera pero no podíamos dejar que cediera en cualquier momento y fueran todos en dirección a nuestro hogar.

- ¿Veis eso? - me giré hacia donde la chica con un color de piel oscura estaba apuntando, uno de los camiones que estaba al filo del acantilado estaba empezando a caerse.

- Muy bien se ha adelantado, ¡todo como estaba planeado! - Rick se estaba preparando y es que todo se había adelantado un día, aquello no estaba planeando como estaba ocurriendo pero haríamos que siguiera el curso ideado. Muchos de ellos estaban entrando en pánico pero al menos no se quedaban paralizados en el sitio y continuaban lo que se les había ordenado. Les habíamos entrenado primero a ellos para que estuvieran completamente preparados aunque a decir verdad aún quedaban unas cuántas clases por dar.

Yo iba en el grupo de Rick, Michonne y Morgan como era de esperar. Mis dos queridos amigos y Pieck se habían quedado en Alexandria tras una gran cantidad de ruegos por mi parte, si era para mantenerles a salvo no me cansaría de gastar saliva.

- ¡Ahí vienen Valeria! - saqué mi media espada cortesía de Pieck, la había encontrado en una pequeña expedición que hicimos hacía unos días y me la regaló. No era tan larga como la catana de Michonne, quizá la mitad pero tampoco tenía la forma de un machete, estaba perfectamente equilibrada y era perfecta para rebanarles a una distancia más prudente que un puñal. Me preparé agarrando con fuerza el arma, tenía unos guantes de cuero con los dedos al aire perfectos para impedir que resbalara el arma de la palma de mi mano - ¡Preparados!

Avancé cuando vi que Robin retiraba el camión como estaba dicho, nos pusimos todo el grupo en orden y fuimos acabando con los pocos que iban saliendo hasta que fueron demasiados y retrocedimos a nuestro puesto. La idea de mi grupo era vigilar desde los laterales, internados en el bosque esperándo que no se desviaran. No solían hacerlo ya que dónde iba uno iban todos pero era mejor ser prudente. Corrimos todo lo que pudimos faltandonos el aliento hasta llegar al primer puesto estipulado, una carretera que giraba en la que habíamos situado paneles de metal y coches contra ellos para desviarles al camino que debían tomar.

- ¡Ahora! - grité cuando después de cinco minutos empecé a escuchar los gruñidos. Los cuatro levantamos nuestras pistolas de bengalas y disparabamos más allá de la seguridad del pequeño muro, al no ser inteligentes chocaban contra él y teníamos que atraerles al otro lado. Estaba detrás de los paneles con una capa de sudor en todo mi cuerpo, escuchar esa cantidad de gruñidos me ponía tensa y más escuchar como algunos de ellos iban chocando contra los paneles, moviéndonos ligeramente. Estuvimos en ese puesto aproximadamente treinta minutos, era un grupo muy grande como para que pasara rápido - Bien, ya está. Vamos con los otros ya. - se me hacía extraño haber ordenado así a mis amigos pero ellos lo sabían, había trabajado más que nadie en este plan y mantener a salvo a nuestra gente.

Corrimos de nuevo esta vez atravesando el bosque por delante, teníamos walkies para comunicarnos en la lejanía.

"Estamos llegando, todo limpio en la zona roja" - era la voz de Glenn, el y dos más habían avanzado hacia unas oficinas llenas de caminantes. Las íbamos a vaciar ese día para que el ruido no atrajera a los que estábamos guiando pero todo se había adelantado y con ello el plan. Cogí mi walkie del bolsillo para avisar de nuestra posición.

No te pares || Pieck FingerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora