𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 8 : 𝑅𝑒𝑠𝑝𝑖𝑟𝑎

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1 año después

Los rayos del sol golpeaban mi cara, ese día cumplía mis 19 años. Un brazo rodeaba mi cintura, giré el cuerpo para ver a mi perfecta novia Petra Ral, su cuerpo era cálido contra el mío.

Me levanté lo más lento que pude, quería dejarla dormir un tiempo más.

- Buenos días cariño - había fracasado en mi intento pero me alegraba que la primera persona que me hablaba esa mañana fuera ella, la quería con todo mi ser. Se puso de rodillas sobre la cama y me abrazó por la espalda dejando un beso en mi mejilla.

- Buenos días nena - picotee rápidamente sus labios, incluso en la mañana era genial besarlos.

- Por cierto, - hice el amago de girarme pasa saber que quería decirme - no, no te muevas. Quedate ahí un segundito. - escuché como movía unas cuantas cosas hasta que no escuché nada más. - Feliz cumple mi niña - me giré para estar frente a ella, sujetaba una sudadera azul cielo con el logo de Nike, parecía calentita. También tenía unas bonitas botas negras militares, las mías se rompieron hacía poco.

Me había dejado sin palabras.

- Petra amor... - me avanlancé para abrazarla - ¡Muchas gracias! Te quiero - dejé un pequeño beso en su mejilla.

- ¿Que te parece? - estaba más sonriente que de costumbre y me encantaba.

- Me encanta, ¿como...?

- Daryl, fue de expedición el otro día y le pedí unas cuantas cosas... - estaba sonrojada y era hermosamente perfecta.

- Ven aquí - me metí en la cama de nuevo y empecé a besarla, probar sus labios era la cosa más tierna y dulce existente en este mundo. Yo estaba sobre ella, Petra jugaba con mi pelo mientras yo acariciaba su mejilla. No me sorprendió cuando quiso adentrar su lengua en mi boca, yo simplemente la dejé entrar.

Las cosas comenzaron a subir de tono cuando escuchamos a la loca de mi amiga.

- ¡¿Dónde está la cumpleañera?! Petra haz que salga o tiro los barrotes abajo - me reí en mitad del beso, no nos podía ver porque una sábana cubría la puerta de barrotes.

- Creo que me reclaman - susurré todavía en sus labios, iba dejando pequeños besos en ellos.

-¿Y si no respondemos? Estoy muy cómoda.

- Es capaz de abrir la puerta de un porrazo.

- ¡Vale que nos tocan los caballos! - esto lo dijo con mucha emoción, nos gustaba mucho cuidarlos y dar alguna vuelta por el campo con ellos.

- Tengo que irme - dejé un beso más en su frente - Ya voy Sash - Habíamos comenzado a llamarla así todos para no confundirla con Sasha la hermana de Tyreese. Me vestí con unos vaqueros agarrados con un cinturón marrón, las botas negras que mi chica me había regalado y una camisa blanca un poco ancha. Me agarré el pelo en una coleta alta soltado un poco mi flequillo ya crecido, ahora se partía en dos mechones largos a los lados.

Salí e inmediatamente fui arrollada por un abrazo enorme, no solo estaba Sash sino también Connie. Fue tan grande el abrazo que caímos de culo los tres para después estallar en carcajadas. Puede escuchar la risa de Pieck y Petra, la primera estaba bajando las escaleras con una bolsa en su mano y la segunda apoyada en la puerta viendo el panorama.

- Hacedme un favor y no la mateis, la quiero toda para mí está noche - les guiñó un ojo y se fue ha hacer sus tareas.

- Me parece que tú novia no te va a dejar dormir - fue Pieck quien reía y me daba la mano para levantarme. Las cosas con ella iban bien, éramos muy cercanas, se había convertido un ser especial para mí, casi tanto como Sash, Connie y Petra - Feliz cumple Vale - me tendió la pequeña bolsa que tenía en la mano.

No te pares || Pieck FingerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora