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El cansancio y el sueño se hacían presente para ambos jóvenes que recién llegaban al pequeño campamento del peli-negro; al entrar se dieron cuenta que los animales estaban tranquilamente descansando en cada parte de la casa.

-bueno, creo que ellos se han divertido sin nosotros - dijo once-ler dejando el peluche de burro al lado de la puerta; el peli-negro observo como la guardiana se frotaba uno de sus ojos con su mano derecha por el sueño.

-once-ler creo que deberíamos descansar- con el cansancio en sus pies (tn) se dirigía a sillón marrón para poder dormir; pero, unas manos en sus hombros la detuvieron, la peli-castaña giro la cabeza encontrándose con la mirada de once-ler la cual se sonrojo por tenerlo muy cerca de ella.

-pequeña, creo que sería mejor que durmieras con algo más cómodo - (tn) no comprendido las palabras que dijo once-ler; el de ropas grises se acercó a un pequeño armario en donde empezó a buscar algo dentro de él, tarareando una melodía once-ler saco de su pequeño armario una de sus pijamas azules con detalles de patos en ella.

- creo que podrás descansar mejor si te poner algo cómodo- once-ler observo como la pequeña guardiana se sonrojaba por las palabras del peli-negro. El joven de ropas grises extendiendo sus abrazos para alcanzarle el pijama azul.

-gracias once-ler...eres muy amable conmigo- once-ler soltó una pequeña risa al escucharla y verla sonrojada, las pequeñas manos de la guardiana agarraron el pijama azul estrechándolo en su pecho; con lentitud la joven peli-castaña se dirigió al baño para poder cambiarse sin antes abrazar a once-ler por todo lo que hacía por ella para luego adentrarse en el baño y cerrar con delicadeza para no despertar a nadie.

-él es muy alto- dijo (tn) para ella misma dentro del pequeño baño, ya que al desdoblar la ropa se dio cuenta que el pijama de once-ler era muy grande para ella, dejando las prendas de color azul en el lavadero; la joven empezó a despojarse del vestido amarillo que el peli-negro le había hecho para dejarlo deslizar por su piel hasta caer el piso, con delicadeza agarro el pantalón azul para empezar a deslizarlo por sus piernas hasta llegar a su cintura; con sus manos agarro las pitas del pantalón para amárralos a su cintura para evitar algún problema con este, con la cabeza inclinada observo que sus pies eran tapados gracias al sobrante de tela y a su estatura; (tn) giro su cabeza para mirar el lavadero en donde se encontraba la camisa, con sus manos agarro la camisa azul estirando sus brazos hacia arriba para ponérselo sin necesidad de desabotonar la prenda, con lentitud el telar azul se deslizo por su cuerpo quedando uno de sus hombros descubiertos por el cuello de la pijama.

Con los pies arrastrando por el piso la guardiana se acercó con lentitud al espejo que estaba al costado de la bañera para observarse en él. La joven peli-castaña empezó a observase con lentitud y determinación, la camisa azul con detalles amarillos le llegaba hasta las rodillas al igual que las magas, al extender sus brazos observó que las mangas le colgaban tapando sus pequeñas manos, volviendo agachar su cabeza observando que sus pies eran ocultados por el sobrante de pela azul, con sus manos agarro la tela de cada parte del pantalón para alzar y ver sus pies.

De los labios de (tn) se escuchó una pequeña risa al ver sus pies ser tan pequeños a comparación de la ancha tela que la cubría; con sus manos agarrando el telar del pantalón y alzándolo un poco para poder caminar sin tropezarse hacia puerta para encontrase con el peli-negro.

Afuera del baño se encontraba once-ler con su pijama azul puesta, el joven de ropas grises había aprovechado que (tn) se había ido al baño para poder cambiarse rápidamente con una prenda igual al que le dio a la guardiana; dejando su ropa doblada en el pequeño armario, once-ler se acercó a su pequeña cocina en donde algunos de los animales se encontraban durmiendo; en la cocina once-ler con delicadeza se dispuso a sacar 2 tazas amarillas de la alacena en donde se encontraba una de las aves durmiendo tranquilamente en un tazón blanco, en la cabeza de once-ler le fastidiaba tener a todos los animales durmiendo por todas partes de su pequeña tienda, pero entendía la promesa que le había hecho al bigotón del lorax y a la pequeña guardiana.

Guardina del bosque (once-ler y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora