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Un nuevo día empezaba en el bosque de truffula y el cielo se encontraba totalmente despejado de nubes o de algún cambio climático que pudiera estarse aproximando en el bosque; a pesar de que el cielo estaba despejado y con el sol brillando, también se podía sentir pequeñas brisas frescas de aire que recorren entre los árboles de truffula.

adentrándose en el bosque se podía ver una pequeña tienda en donde la puerta de la entrada de madera se podía leer "The Once-lers"; dentro de la pequeña tienda se encontraba la mayoría de los animales durmiendo en cada rincón de la pequeña casa, algunos dormían en los estantes y otros dormían en los platos que se encontraban regados por la pequeña cocina; junto a ellos, dos jóvenes se encontraban dormidos tranquilamente en diferentes sitios de la tienda, la guardiana del bosque se encontraba dormida en la cama del pelinegro que se encontraba en una esquina de la pequeña carpa.

(tn) se encontraba profundamente dormida abrazada al pequeño oso de color marrón; la joven de corto cabello castaño se había quedado profundamente dormida, dado que en la noche ella y Once-ler se habían confesado sentir amor el uno y al otro terminando por volverse pareja ante los ojos del bosque y del cielo, una noche en donde ambos no pudieron dormir hasta altas horas de la noche.

Por otro lado se encontraba Once-ler durmiendo un poco incómodo en el pequeño sillón rojo que siempre usaba como cama, ya que sobre su cuerpo se encontraba uno de los tanto osos durmiendo enredado entre sus piernas; el joven de cabello negro se encontraba durmiendo boca arriba con su pijama azul puesta mientras abrazaba uno de los pequeño cojines que estaban en el sillón; el pelinegro estaba tranquilamente dormido en el sillón hasta que empezó a sentir como algo se removía en su estomago y daba pequeños empujones en su estomago; lentamente el pelinegro empezó a abrir sus parpados mientras llevaba uno de sus manos a sus rostro para frotarse sus ojos del sueño; con la pereza aun invadiendo su cuerpo Once-ler fue levantando su dorso para terminar levemente levantado mientras se apoyaba de sus codos a cada lado de su cuerpo, al dejar de frotar sus ojos logro percatarse que el pequeño intruso que lo había despertado era nada mas que Pipsqueak; el pequeño oso se había levantado con hambre y al ver que (tn) no despertaba de un profundo sueño decidió ir corriendo donde estaba dormido Once-ler para despertarlo y para que le diera de comer, Pipsqueak al estar sobre el estomago el pelinegro empezó a saltar sobre este para poder despertar al dueño de la casa.

- ¿Qué pasa?... Es muy temprano, Pipsqueak... ¿Ya tienes hambre? - Dijo Once-ler mientras empezaba a bostezar al terminar sus palabras dichas al pequeño oso, el joven llevó una de sus manos al pelaje del oso para agarrarlo desde el lomo y dejarlo en el suelo de madera; con el pequeño oso reposando en el piso, Once-ler se levantó completamente para terminar sentado en el sillón mientras llevaba una de sus manos a sus labios para poder tapar nuevamente su bostezo.

Con su cabello negro alborotado y con el sueño aun invadiendo su cuerpo, Once-ler se levanto con pereza del sillón para estirar su cuerpo una vez levantado del asiento; una vez que Once-ler estaba a su 50 porciento despierto, sientio como era jaloneado desde la parte baja de su pantalón por el pequeño Pipsqueak que quería que lo cargara en brazos como si fuera un pequeño bebé.

- Siempre te sales con la tuya pequeño bandido - Dijo Once-ler mientras se inclinaba para poder agarrar al oso entre sus brazos y poder cargarlo; con el oso entre sus brazos, Once-ler empezó a caminar con pereza en dirección a la pequeña cocina para empezar a preparar el desayuno para él, a los animales y a quien ahora era su novia, Once-ler al darse cuenta que ahora (tn) era su novia, el pelinegro no pudo evitar terminar sonrojándose por todo lo que había ocurrido ayer, el día en que tuvieron su pequeña cita en la cual ambos se divirtieron, en como el Lorax lo había ayudado con el picnic nocturno, en cómo él se le había declarado que le gustaba y como ella lo había aceptado en su corazón, en cómo la luz de la luna y de las velas los iluminaba mientras ambos se daban varios dulces besos en los labios; Once-ler también recordó como (tn) se había quedado dormida en su hombro mientras veían las estrellas a altas horas de la noche, haciendo que el pelinegro se la llevara cargada como una princesa hasta la tienda para dejarla descansar en su cama, mientras él se despedía con un beso en la frente para luego terminar durmiendo en el viejo sillón rojo.

Guardina del bosque (once-ler y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora