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Los dos jóvenes caminaban por el pequeño sendero del bosque de trufula, ambos se sentían cómodos con la presencia del otro trayendo entre ellos temas de conversación que eran entretenidos, llevando un ambiente agradable para los dos. A once-ler le fascinaba como (tn) no tenía conocimiento sobre la ciudad y de las cosas comunes que jóvenes de su edad debería saber.

-me estás diciendo que nunca has visto fuegos artificiales- en las palabras de once-ler se sentía un poco de asombro por lo que dijo la guardiana, (tn) no pudo evitar reír al ver la cara del peli-negro; ella sabía que al estar alejada de la sociedad desde pequeña se perdería de muchas cosas, pero el lorax sabía que el universo tenía otra misión para la joven guardiana.

- creo que me he perdido de mucho todos estos años- once-ler seguía un poco asombrado por las palabras de la joven y su rostro lo demostraba; el peli-negro no esperaba que una persona pudiera estar alejado de la civilización por varios años, el joven de ropas grises le iba a responder, pero la voz de (tn) lo interrumpió. La joven guardiana había dado un pequeño chillido de emoción al poder ver la pequeña ciudad que resaltaba por sus colores entre el verdor del paisaje. La emoción de la joven (tn) la llevo a coger la mano de once-ler y empezar a correr a donde se encontraba la entrada de la ciudad; Once-ler trataba de seguirle el paso a (tn) intentado no tropezar con alguna rama o piedra, pero a pesar de la pequeña estatura de la guardiana, ella tenía la capacidad de correr más rápido.

Con las respiraciones agitadas y un poco de cansancio llegaron a la entrada a la ciudad; (tn) tenía su mano derecha en su pecho para tranquilizar su respiración apoyando su espalda en la pared blanca de la entrada; por otro lado, once-ler era el más afectado ya que comer muchos malvaviscos no le ayudaban a condición física, llevándolo apoyar sus manos en sus rodillas mientras trataba de tranquilizar su respiración.

-creo que fue una mala idea haber corrido tanto- dijo (tn) observando a once-ler el cual fue seguido de una risa por parte ambos jóvenes. Al recuperar al aliento once-ler se acercó a la guardiana estirándole su brazo, (tn) enredo sus brazos junto al brazo de once-ler para empezar a caminar por las calles de la cuidad. Once-ler observaba como (tn) se emocionaba por ver cada casa o tienda que se asomaba por su paso.

- once-ler que es ese delicioso olor! - La nariz de la joven fue cautivada por un delicioso aroma que emanaba de una tienda.

Once-ler también fue cautivado por el delicioso aroma, tratando de encontrarlo llego a ver una tienda con grandes ventanas que exhibían varios pasteles de todo tipo y un gran letrero rojo que decía "pastelería" con letras doradas.

-Es una pastelería que está cruzando la calle, ven, vamos a ver – once-ler con una pequeña sonrisa agarro una de las manos de la joven la cual llevaba un leve sonrojo, cruzando la calle para poder llegar a la tienda; con emoción la guardiana del bosque se acercó a la ventana deleitándose con cada pastel y bocadillo que veía. El joven de ropas grises observaba de reojo como (tn) se emocionaba por ver el aparador lleno de pasteles, agarro la mano de la guardiana guiándola dentro de la tienda donde el aroma de los pasteles inundaba el lugar.

- Buenas tardes jóvenes, en que les puedo ayudar– dijo un señor de larga barba blanca que salía de la parte trasera del local el cual llevaba una tarta recién salido del horno; la guardiana estaba deleitada por la tarta que llevaba de aquel hombre regordete.

- Ese pastel de que es... si no es mucha la molestia - dijo la joven guardiana con algo de timidez, escondiéndose detrás de once-ler.

- Es una tarta de fresa - El dueño de local sonrió haciendo que sus mejillas se enrojecieran; El repostero dejo la tarta en la mesa para agarrar un cuchillo y empezar a partir dos pedazos de la tarta que recién había preparado; (tn) y once-ler veían como el señor de ropas blancas agarra los pedazos de tarta y los ponía dentro de unas pequeñas cajas especiales para trasportar todo tipo de postres.

Guardina del bosque (once-ler y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora