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(tn) se encontraba en la pequeña casa de once-ler, con la escoba en mano y los pequeños animalitos del bosque ayudando a arreglar la morada del pelinegro, en forma de agradecimiento por no seguir talando árboles y por su "pequeño paseo" que pronto tendrían. El desorden era inmenso a pesar de que la casa era muy pequeña, haciendo el trabajo de la guardiana más difícil y largo; pero, teniendo ayuda de sus pequeños animalitos las cosas se hacían más fáciles.

-creo que esto es lo último- dijo la guardiana terminando de lavar los platos dando una mirada general al cuarto, todo estaba en su lugar, la ropa lavada, la cama tendida, los platos limpios y eso le dibujaba una pequeña sonrisa en su rostro; pero al ver a los pequeños animales del bosque y a su amado lorax durmiendo por el cansancio y sucios por tanto polvo – se ven tan adorables- dijo (tn) haciendo sonar una pequeña risita para no despertarlos.

La guardiana se dio cuenta que en una de las ventanas de la pequeña casa se encontraba un florero con las plantas muertas, al ver eso la guardiana se acercó al florero sosteniéndola entre sus manos admirando la planta con tristeza; se sentó en el piso cerca del espejo en donde también descansaba su vara de madera; sentada al frente del espejo ella se podía ver más a detalle, su cabello castaño y corto, su rostro lleno de manchas por suciedad, su vestido vaporoso también tenía las manchas de la suciedad que había antes en la casa. Observo a lorax dormir profundamente junto a los peces en la cama del pelinegro, aprovechando ese pequeño momento para poder usar sus poderes y volver a la vida la pequeña planta. (tn) acerco sus manos a la planta y de ella pequeñas luces como si fueran las luciérnagas más pequeñas del mundo brotaban de sus manos haciendo que la planta recobrara la vida; pero, de repente un dolor de cabeza empezó a fastidiar a la guardiana, ella sabía perfectamente a que se debía; se levantó del suelo con un gran cansancio y dolor dejando el pequeño florero en la mesa y con lentitud la guardiana se fue a sentar en un gran sillón en donde quedo profundamente dormida.

En la pequeña ciudad se encontraba un joven de ropas grises con su guitarra en mano intentado vender su producto; pero, sin tener éxito, ya que las personas no le encontraban ningún interés al telar rosa, viendo más entretenido tirar tomates al joven once-ler el cual evitaba los tomates lanzados por las personas del pueblo haciendo que dejara la plaza centrar para ir camino a casa con Melvin a su lado. Caminaba por toda la ciudad viendo los negocios locales y las viviendas haciendo olvidar lo que había pasado antes; pero sus pensamientos fueron interrumpidos por el brillo en sus ojos, haciendo que el pelinegro se cubriera con sus manos buscando la fuente de aquel malestar en sus ojos; levanto su vista a la ventana de una tienda en donde se mostraba todo tipo de joyas; pero uno le llamo la atención no solo por su sencillez, si no porque le recordaba a cierta guardiana que le llamo la atención, un pequeño árbol de trufula hecho de oro colgada de su cadena en el aparador de la vitrina, era sencillo a comparación de las grandes joyas que se encontraban a su alrededor.

-es igual que ella- dijo once-ler admirando el collar desde la ventana; en la mente del joven se empezó a preguntar varias cosas sobre (tn); pero, prefería preguntárselas en persona y no sacar conclusiones apuradas que pudieran asustar a la guardiana; despegándose de la ventana retorno su camino al bosque en donde actualmente vivía, mientras caminaban a casa el sol se iba poniendo y daba inicio a la noche, pintando al bosque de unos tonos azulados. Adentrándose en el bosque once-ler pude notar la desaparición de los animales y de los guardianes – que raro, no veo a nadie- se dijo para sí mismo llegando a la puerta de su casa. – seguro deben estar haciendo cosas de guardianes- dijo once-ler; pero, se dio cuenta que la puerta de su vivienda estaba media abierta alterando un poco al pelinegro; el joven decidido entrar a su hogar para ver si no había un ladrón; pero, se dio una sorpresa a la hora de encender las luces, no puedo evitar mostrar una sonrisa al ver su hogar limpio sin una pisca de polvo y a los animales durmiendo en su cama junto con un lorax que babeaba al roncar, camino un poco por su casa encontrando a la guardiana durmiendo en el sillón; once-ler no pudo evitar acercarse para ver su rostro a detalle, ya que siempre que el la mirada ella escondía su rostro detrás del pequeño oso que ahora se encontraba dormida al lado de (tn). Pudo notar pequeñas manchas de suciedad en su rostro, su cabello castaño alborotado, unas largas pestañas, su piel pálida y ese olor a fresas que emanaba desde la primera vez que la vio; a once-ler le daba curiosidad la pequeña guardiana, nunca había conocido a alguien con ella y en cierto modo eso le llamaba a atención. Once-ler dejo a la guardiana descansar no sin antes ir al armario a sacar una cobija para tapar a la guardiana, la cual se removió en el sillón al sentir el tacto de la tela haciendo que el pelinegro sonriera al ver tal acto; alejándose de (tn) con cuidado para no despertarla se dirigió a la cocina para prepararse algo de comer; pero, se dio cuenta que en la mesa se encontraba el masetero que había hecho de niño con las platas vivas, al pelinegro le extraño ver las plastas tan vivas como nunca, el era consciente que no había podido mantener las plantas; pero, si las cambiaron?.

-eso es imposible- dijo once-ler lo más bajo para no despertar a nadie; el sabia que ese tipo de plantas no habían en esas zonas, haciendo que su mirada fuera donde la guardiana dormía tranquilamente. – ella no puede.... No creo que pueda... eso es imposible- su mente empezó a divagar sobre los guardianes que llegaron a su vida de la nada; agarro el florero entre sus manos y salió de la casa sentándose en una silla de playa, intentando ignorar las ideas que su mente empezaba a crear con respecto a los guardianes, viendo la gran luna como un buen distractor- hoy será una noche muy larga- fue lo ultimo que dijo once-ler esa noche.

Guardina del bosque (once-ler y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora