Era un nuevo día en el bosque de truffulas y Once-ler se encontraba en la comodidad de su "hogar" lavando los platos del gran almuerzo que habían tenido junto con los animales y (tn); el día de ayer el joven de ropas grises le había confesados sus sentimiento a la guardiana, al recordar aquel momento en donde él sostuvo las manos de (tn) y ver su rostro sonrojado al decirle las palabras "me gustas", al recordar ese momento el joven de ropas grises no pudo evitar tener un leve sonrojo y terminar pensando en como se había terminado enamorando de la chica. Once-ler observó sus manos al recordar aquel suave contacto que tuvo con las manos pálidas de (tn) para luego llevar una de sus manos a su rostro, tapando con su mano gran parte de su cara por la vergüenza y nerviosismo.
En aquel mes y medio que ambos habían convivido fue hermoso para él, le encantaba cómo la inocencia de (tn) podía llegar a ser tan increíble, le encantaba cómo trataba con amor y cariño a los animales y por el bosque, le encantaba explicar cada duda tan simple que ella tenía cuando iban al pequeño pueblo; Once-ler simplemente se había enamorado de la simpleza, ternura e inocencia de (tn).
-¿Que pasa fideo?...¿Estás nervioso por tu cita?- La voz burlona del lorax llamó la atención del pelinegro haciendo que este bajara sus manos y mirada de mala gana al ser de pelaje anaranjado; Once-ler había olvidado por completo de seguir lavando platos por estar pensando en (tn) y con mayor razón se había olvidado del ser de pelaje anaranjado que estaba sentado en una de las sillas.
- ¿nervioso?... claro que no bigotón - Mintió el pelinegro para que dejara de burlarse de él, pero para la mala suerte del pelinegro, el Lorax se dio cuenta que su voz tenía un leve nerviosismo, haciendo que debajo de su bigote amarillo se ensanchara su sonrisa; la risa del Lorax se hizo presente en la habitación, haciendo que el pelinegro lo mire con un poco de enojo.
- Tranquilo fideo, todo va a salir bien - Dijo el Lorax observando como Once-ler regresaba a lavar los últimos platos que le faltaban; el Lorax se había percatado del nerviosismo del joven de ropas grises desde la mañana, el ser de pelaje naranja sabía que el pelinegro le había declarado sus sentimiento a "su hija", pero él prefirió esperar a que (tn) le dijera lo que había pasado para aconsejar como su padre y burlarse después del pelinegro. El pelinegro se la había pasado toda la mañana con los nervios a tope cuando tenía que hacer algo con (tn) o simplemente hablar con ella y eso lo había notado el Lorax que no podía evitar reír por la situación del chico, siguiéndolo molestando mientras su pequeña (tn) no se encontraba en la morada de Once-ler.
Por otro lado (tn) se encontraba caminando por el bosque junto con el pequeño oso entre sus brazos, mientras el pequeño le levantaba sus patas señalando un árbol con frutos colgando de las ramas.
-Otra vez tienes hambre, Once-ler te acaba de dar de comer... eres un glotón Pipsqueak - Hablo (tn) mientras se acercaba a uno de los árboles que le había señalado el pequeño oso, (tn) estiró sus brazos con los cuales sostenía a Pipsqueak para que él pudiera alcanzará los frutos del árbol. Con el pequeño oso más tranquilo, (tn) se sentó en el frondoso pasto dejando al oso a su lado para que pudiera comer con más tranquilidad su merienda. La pelicastaña se encontraba distraída observando aquel paisaje lleno de vida mientras su cerebro empezaba a recordar el día de ayer, (tn) se sonrojo al recordar las declaración de amor que le había hecho Once-ler; llevando sus delicadas manos a su rostro, (tn) dio un pequeño chillido de emoción por la "cita" que iba a tener con Once-ler.
- Me siento rara... ¿qué debería hacer? - (tn) hablo para si misma mientras quitaba sus manos de su rostro sintiendo el un leve calor en sus mejillas por el sonrojo, el pequeño oso observó cómo la joven se tocaba el rostro para ir caminando hacia ella que estaba sentada en el pasto, poder subir y sentarse entre sus piernas; en el rostro de (tn) se formó una pequeña sonrisa al ver a Pipsqueak subir entre su falda roja, con su mano le empezó a acariciar su pelaje mientras en su cabeza le venían algunos recuerdos que había pasado con el pelinegro; mientras acariciaba al pequeño, (tn) recordó la vez que Once-ler trato de enseñarle a preparar sus "famosos panqueques".
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Guardina del bosque (once-ler y tu)
FanfictionOnce-ler es un joven en la busqueda del material perfecto para su producto llegando al bosque de trufula, sin saber que en ese lugar llamaría la atención del mítico lorax que intentaría detenerlo. En la negación de once-ler por no dejar los arboles...