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"Recuerdame en cada nota de un piano, cuando estés nerviosa al tocar, recuérdame viéndote con admiración. A pesar de que me vaya, no te preocupes, porque sé que estaremos bien por nuestra cuenta. Aún recuerdo la primera vez que te vi...
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— ¿Crees que es necesario pedir más? — Preguntó la castaña.
—No lo sé chicas, apenas llevamos unas cuantas horas hablando, pero por lo que puedo ver de ustedes, creo que es más que suficiente.
Jennie y Roseanne se apresuraron para sacar un presupuesto total de todo lo que abarcaría irse de viaje, que para dos chicas que apenas se pueden mantener con su propio dinero, era un "poco" elevado.
—Tenemos que ir a casa y hacerlo con más calma, es incómodo buscarlo con el teléfono y también hay que preguntar si podemos irnos mientras cursamos esto.
La rubia suspiró, exhausta de que todo fuese más complicado de lo que realmente debería ser.
Dejó su cuerpo caer al piso y miró al techo.
Sentía que la vida le estaba cambiando sin parar y a duras penas podía adaptarse a una de ellas.
Todo debía estar lo mejor calculado posible si querían ahorrar algo de dinero, que la información siguiese válida y que la poca seguridad sobre todo eso se mantenga al tope.
Era demasiado para dos personas inexpertas.
La pelinegra sonrió e hizo lo mismo que las dos chicas, estando así, las tres viendo al techo, en la busca de alguna respuesta.
— ¿Les puedo decir algo?
— ¿Hm? — Dijeron las chicas al mismo tiempo.
—A mi me pasó algo parecido a lo que están pasando ustedes, solo que con el colmo de que una enfermedad podía arrebatarme a esa persona... Ella estaba en Corea y en todo el tiempo que hablamos, nunca me contó que estaba mal, hasta que empeoró y su mamá terminó contándome todo. Estaba a penas comenzando mis estudios acá e irme otra vez no me convenía, pero no podía permitir que se quedara con las ganas de verme, sentí que si no iba y ella moría, me quedaría con un gran cargo de consciencia. Estuve trabajando hasta altas horas de la noche y cuando pude costear el viaje con lo más barato, no dudé en irme.
— ¿Pudiste verla? ¿Está bien?
—Pude verla y ahora sigue llevando tratamiento. — Le respondió a Roseanne. —Lo que quiero decir es que al menos tienen más opciones de las que yo tuve, no se coman la cabeza, decídanse por algo cómodo, si hasta ahora pudieron tener información de quienes aman, lo podrán tener después. Claro que si van ahora, será muchísimo mejor, pero por todo su estrés pueden volver a alejarse de todo lo que tienen a un paso ahora mismo.
La rubia volteó a ver a SeungWan, sonriendole.
—Me hubiera gustado tener ese consejo desde mucho antes.
La peliengra soltó una risa.
—Ni me lo digas.
—O sea que... ¿Dejaremos de ser dos chicas despechadas? — La pregunta de Jennie las tomó por sorpresa.
—Se supone que nadie debía saber que lo somos.
— ¿Ustedes creen que no se les nota? — Las expresiones de las chicas hizo que SeungWan riera. —Dios mío, debí tomar una foto.
— ¿Cómo es que nos acabas de contar tu triste historia y ahora te ríes de nosotras?
—Jennie, de eso se trata la vida, no te lo cuestiones.
La mencionada sonrió y rodó sus ojos, le parecía absurdo y a su vez gracioso.
De todas las personas con las que se han podido relacionar, pudieron notar que cada uno destacaba en algo, pero la pelinegra que tenían frente a ellas, les parecía una de las mejores.
—Muy bien, seguiré ensayando, ¿No les molesta?
Las dos chicas negaron y más bien la alentaron a que siguiera.
No se habían sentido tan a gusto con una persona hasta ese momento.
Sobre todo porque su canto no les parecía tan ensordecedor como podían parecer otros, el tono de su voz era tan suave como una brisa en plena primavera y te llevaba a un estado de tranquilidad que podía erizarte la piel.
En el pecho de Roseanne ya no cabía toda la emoción y amor que se ha estado acumulando en los últimos días.
Estaba anhelando cerrar los ojos y que al abrirlos, tener a su pequeña Lisa frente a ella.
Probablemente se quede paralizada cuando lo haga, pero luego tendría bastante tiempo para demostrarle todo lo que no pudo en su momento.
Y se preguntó a si misma, ¿Que hubiese sido de ellas en caso de que nunca se hubiesen separado?
¿Su amistad se arruinaría por un amor no correspondido?
¿Realmente sería correspondido cuando ninguna planeaba declararse?
No quería volver a negarse de sentir algo.
No quería dejar que el miedo se apoderada de ella cuando deseaba llegar a algo.
Había cambiado muchas cosas de su vida, que sin duda han hecho que la monotonía le siguiera consumiendo.
Apoyó su cabeza en el hombro de la castaña y sonrió.
Las cuatro paredes ya no eran las únicas cosas que le hacían sentir segura y feliz.
La Roseanne actual agradecía a la del pasado por dejar que Jennie entrara y formara parte de su día a día.
Le agradecía a Jennie por quitarle la venda que le impedía ver las cosas más obvias, por su simple compañía y lo más importante, motivarla a actuar.
¿Lo hubiera hecho sin ella?
Lo más probable, pero el camino sería más largo y difícil.
Era cuestión de días para que todo llegase oficialmente a su final.
Sentía que estaba viviendo un sueño.
"Rapunzel, siempre estaré lista para cuando te vuelva a ver, espero que tu también lo estés, pero me encantaría ver como sería tu reacción si te tomo de sorpresa".
Lalisa, seré yo quien vea tu cara sorprendida, jaque mate.