───❀◦❀◦❀───
"Recuerdame en cada nota de un piano, cuando estés nerviosa al tocar, recuérdame viéndote con admiración. A pesar de que me vaya, no te preocupes, porque sé que estaremos bien por nuestra cuenta. Aún recuerdo la primera vez que te vi...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
─────❀◦❀◦❀─────
— ¿Cuantos lugares nos falta por ir? Mis pies ya no aguantan y tengo hambre.
Roseanne miró a su teléfono, donde tenía anotada todas las direcciones que habían conseguido anteriormente.
─Nos faltan tres, bueno, en realidad cinco, pero dos de ella están cerrados hoy.
Jennie bufó y paró en seco.
─ ¿Nos podemos sentar? ─ La rubia asintió con una sonrisa comprensiva. ─Gracias.
Caminaron a la banca más cercana y se sentaron ahí.
La castaña apoyó su rostro en sus manos y soltó un suspiro.
Jamás había caminado tanto por conseguir algo, el frío estaba entre sus huesos y cada hora que pasaba le hacía sentir más frustrada.
Los salones a la que han ido no fueron capaces de dar información al respecto y la mayoría de estos no coincidían con la supuesta audición que JiSoo había tenido.
Roseanne empezó a darle cariño en los largos mechones de la mayor.
─Vamos por algo de comer y tomemos un descanso, a penas serán las dos, tendremos tiempo para seguir, ¿te parece? ─ No recibió repuesta. ─ ¿Jen?
─No quiero seguir por hoy.
─Pero aún nos fal...
─Lo sé, lo sé. ─ Se acomodó en el asiento. ─ Pero no creo que la consigamos así, tenemos que ser más detallistas y saber si es posible que vaya, o sea, dudo mucho que Soo haya estudiado tanto y termine audicionando para un programa de niños que parece ser sacado de Disney y ya sabemos que pasa después de Disney.
─También dudo que quiera terminar así, pero nunca está de más intentarlo, apenas llevamos... ¿Dos, tres, cuatro días? Es mentira que la ibamos a conseguir al día siguiente, no te estreses ahora, JenJen. Podremos tomarnos el resto del día y mañana seguiremos.
La mayor esbozó una pequeña sonrisa, se levantó y extendió su mano.
─Vi cerca un restaurante, yo invito.
─Espero que no sea tan caro, aún nos queda tres semanas.
─Ya no me dolería gastar cien euros.
Ambas rieron. La rubia tomó su mano y empezaron a caminar.
Solo que notó que la castaña estaba divagando mucho, pero dejó que siguiera, divirtiéndose un poco.
─Estaba segura de que era por aquí. ─ Murmuraba. ─Recuerdo que ahí estaba esa señora con perro de millonario, la tienda de ropa está allí, bueno... Creo que era otra.