IV

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"Estamos a salvo aquí, bajo las sábanas"


─Gracias por el día de hoy.

Asahi mostró sus hoyuelos como respuesta, y aunque quisiera mantener la conversación cayó dormido por el cansancio. Jaehyuk se cubrió con su sábana, miró detenidamente el rostro del rubio ¿Por qué sentía aletear mariposas en su corazón?.

···

Era un domingo como cualquier otro, con la pesadez de una semana que acaba y preocupaciones de otra que comienza. El rubio trazaba con delicadeza en el papel, dibujando concentrado sobre su escritorio, una melodía tranquila como el océano invadía su mente al salir de sus audífonos.

Mientras tanto Jaehyuk miraba con frustración su libro de matemática ¿Por qué no entendía nada? Quería gritar, sumando a esto que estaba muy cansado, al punto que sus párpados pesaban; pues se había desvelado luego de tener una iluminación sobre una tarea de ciencias que no había hecho. Le gruñó a su cuaderno, apartándolo con desdén, seguro si hacía esa tarea un día antes le saldría mejor y con más inspiración.

Dejo caer su cuerpo sobre su cama, ¿Debería dormirse?.

Quería hablarle a Asahi, tal vez podría pedirle ayuda de nuevo, pero se veía tan intimidante alzando sus cejas y mirando con detenimiento la hoja y sus colores. Prefirió no molestarlo y despejarse en su celular, aunque todo le pareciera aburrido.

¿Saben ese momento en que el estás inspirado luego de mucho? Pues Hamada sostenía entre sus labios un crayon naranja, y con sus manos uno amarillo, dándole tonalidades a su obra, más, sobre el escritorio muchos otros tonos que puedes ver en el atardecer, si dejaba de pintar esa bonita vista que salió de su imaginación tal vez no terminaría nunca.

La sinfonía que abandonaba sus audífonos se interrumpió por el pitido de un nuevo mensaje.

Mashiho: Tengo mucho que contarte, voy a tu habitación 👍.

Maldijo internamente, odiaba dejar las cosas a medias y tampoco podía traer a alguien sin decirle a Jaehyuk. Si Mashiho no le contaba algo interesante para entretenerlo lo patearía lejos.

─Oye, Jaehyuk ─dice. El pelinegro levanta la vista y le sonríe para que siga hablando. ─Mashiho quiere venir, ¿No te molesta?.

─¿Qué? Claro que no ─niega con un movimiento de cabeza. ─Tus amigos parecen increíbles.

Asahi asiente marcando su hoyuelo derecho, por lo que el azabache aparto la vista, ese gesto lo hacía sentir como una gelatina.

Unos diez minutos después el pelimorado invadió la habitación con una sonrisa y saludando a ambos chicos.

─Creo que iré a dar una vuelta ─comenta Jae.

─¡No! ¡Quédate! ─Mashiho lo detiene y lo tira del brazo para que se siente junto a él, en la cama de Asahi.

Pasaron un rato conversando sobre trivialidades, Jaehyuk y Mashiho reían de forma ruidosa por una historia que el mayor contaba. Asahi simplemente no tenía las fuerzas para disimular lo encantador que era el azabache cuando reía sin preocupaciones.

─Entonces, ¿Tuvieron una cita? ─pregunta Takata.

─¡No! ─gritan al unísono.

watch you sleep ─ jaesahiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora