«— Es más falso que los juramentos hechos con vino.»
Como gustéis, Acto III, Escena V.
Hanabi empezaba a aburrirse.
La gran celebración estaba por terminarse y ella no estaba segura de por qué había estado tan entusiasmada por venir a la fiesta. Tenía sus pies adoloridos por bailar durante tanto tiempo, salió del salón para esperar a Hinata, que había desaparecido a la mitad de la noche, la esperaría un momento, porque ya estaba harta y quería regresar a la comodidad de su cama.
Disimulo un bostezo, al tiempo en que saludaba a quienes la reconocían cuándo se marchaban de la fiesta. Su padre se había retirado hace horas con la comitiva Hyuga, dejándola a cargo de su hermana mayor.
Mientras esperaba vio salir de manera nerviosa a la chica pelirosada que era de la edad de su hermana... Si no le fallaba la memoria se llama Sakura y es aprendiz de la Hokage. La verdad Hanabi conoce a los amigos de su hermana y los herederos de clanes, al resto no los reconoce mucho.
Hinata le hizo prometer que, de no irse con su padre la esperará allí cuando diera la medianoche, dijo que debíamos madrugar al otro día, pero no quiso dar más detalles, pero ahora son casi la una y ella no aparece. De un momento a otro salió un mar de invitados del salón, cuando la muchedumbre se redujo, Hanabi comprendió que su hermana no saldría ¿Se habrá ido sin mí? Pensaba.
— Otra ramera Hyuga —dijo una voz a su espalda, arrastrando las palabras— ¿Esperas a la emperatriz de las perras? O más conocida como tu hermana.
Al darse la vuelta, Hanabi vio que el dueño de la voz tenía un corte irregular en el rostro, que cubría parte de su mejilla. Seguramente es uno de los atacantes de su hermana, por la descripción que ella le dio con anterioridad.
— Por supuesto que no, Tsui —respondió— Estoy esperando a un ninja médico para que suture ese agujero horrible que tienes en tu cara. Pero me temo que, si se cose el más feo, ya no puedas hablar.
El rostro de Tsui se ensombreció con una furia ebria.
— ¡Maldita perra!
Levantó un brazo. Hanabi dio un paso atrás a modo de precaución, sus sentidos estaban alerta, pero ¿Realmente sería capaz de golpearla dentro de la torre Hokage? Está realmente loco...
— ¡Déjala en paz, Uchiha!
Hanabi miró a su izquierda, desde donde venía la voz. Ahí se encontraba su primo Tetsu, un Hyuga peculiar debido a su largo cabello castaño claro, el cual permanecía en una cola de caballo, él se encontraba con sus manos en posición de ataque, mientras miraba a Tsui con enojo, a su derecha estaban Hoheto y Ko, otros dos jóvenes miembros del clan Hyuga.
— Déjala en paz —repitió Tetsu— Vete de aquí. Y la próxima vez que le digas algo descortés a un miembro de nuestro clan, además de tener todos tus tenketsu cerrados, estarás arriesgando tu pellejo.
Tsui lanzó una carcajada al oír eso, pero era evidente que lo superaban en número. Con un gesto obsceno de morderse el pulgar (*1) mirando a Hanabi, dio media vuelta y corrió hasta perderse en la noche. Hoheto intentó perseguirlo, pero Tetsu, lo tomó del brazo para detenerlo.
— No podemos comenzar un conflicto tan cerca de las autoridades y menos en la torre Hokage. Pronto nos encargaremos de él —sonrió a Hanabi— Por ahora debemos escoltar a Hanabi-sama hacia la mansión Hyuga.
Hanabi decidió que se iría escoltada por sus familiares, al fin y al cabo, Hinata se había ido sin ella. O de no hacerlo, no esta de más que se preocupe, por dejarla en una fría noche sola.
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Una Tregua
FanfictionEn el pasado invierno una Hyūga con un Uchiha se enamoraron... Pero perecieron en el intento. Su amor no pudo con el odio de sus clanes. La Hokage decide que la única forma de terminar los enfrentamientos entre dos nobles clanes y traer la paz al in...