«— Lo bueno poco dura.»
Benvolio
Hinata
Me senté a observar a Hanabi mientras entrenaba, verla inundaba mi corazón de felicidad, parecía danzar sobre la superficie, sus movimientos certeros y elegantes, era todo un espectáculo, el rostro de padre mostraba orgullo y aunque nunca recibí esa mirada de su parte, estaba alegre porque mi hermana cumpliera las expectativas Hyuga, ella será una gran líder.
— Nee-san —gritó Hanabi, sacándome de mis pensamientos— ¿Qué te pareció?
— Perfecto como siempre Hanabi-chan —respondí con una sonrisa— Entonces vamos, que debemos ir a alistarnos —dije avanzando hacía su habitación.
— ¿Es obligación? —siseo Hanabi, frunciendo su nariz con disgusto— ¿Realmente debemos seguir vistiendo de luto? Estoy segura que la prima Shion, no desearía eso.
— ¿Cómo estas tan segura? —repliqué, últimamente está imposible con el tema del luto— Acaso su espíritu te lo susurro desde la... —no pude terminar, el mencionar a mi prima me hacía sentir mal.
Hanabi por su parte rió y lanzó el kimono al suelo de la habitación, me estaba tomando el pelo y no me di cuenta.
— Nee-san. En la última visita al cementerio, su fantasma me susurro «Prima, no uses esas feas ropas de luto, prefiero que me recuerden con alegría y no con ropas negras que los hagan sudar y... —pensó un momento y continuo— Además, deseo que te quedes con mi brazalete» —respondió Hanabi.
— Un fantasma parlanchín nuestra prima —Hinata recogió la ropa—... Claro siempre lo fue en vida.
No la reprendí por lo dicho, sabía que ese humor era su forma de vivir el duelo. Nuestros ojos se encontraron en el espejo de la habitación, Hanabi se giró hacia mí, por un momento su vivacidad flaqueó y cedió, sus ojos se llenaron de lagrimas. A diferencia mía, Hanabi era más fuerte, no expresaba mucho sus sentimientos, toda una Hyuga, las ultimas semanas se le veía alegre, muchos piensan que es una insensible, pero sé que ahí es cuando más rota está.
Por mi parte no he dejado de llorar desde el inicio de la matanza, trato de no hacerlo frente al resto, menos de Neji-nii-san... ¡Oh! no, los dolores de cabeza, no me abandonan. Al mirar el espejo me empezó a palpitar la sien una vez más, observo los grandes y perlados ojos de Hanabi están llenos de lágrimas contenidas, que de a poco empiezan a filtrarse, solo atine a abrazarla. Por mi parte, los nombres de los fallecidos no dejaban de retumbar en mi mente... El alegre Obito, por quien suspiraba la mitad de las féminas de la aldea, dicen que es el encanto Uchiha o algo así... Su nombre es sinónimo de dolor porque mi primo lo asesinó, por eso la masacre se desató. Tokuma no era una mala persona, el nos cuidaba mucho, el odio entre clanes lo cegó y finalmente pereció en un duelo contra Itachi...
Itachi, pensar en él traía un dolor similar a cuando pensaba en mi prima Shion. Jamás diría una palabra sobre esto a mi familia, pero cada vez que lo recuerdo, el sentimiento de culpa que me envuelve es tan grande, que solo deseo que me absorba por completo.
Basta, me dije enojada. Sabes que no habrías podido salvarlo. A ninguno de ellos.
Bueno eso no es totalmente cierto, pero es un consuelo. Hay personas en la aldea que saben, qué hay a un hombre que pude salvar. Porque antes de amar a Shion, Itachi me había amado. Y ahora por mi ingenuidad, aquel joven, serio, educado y un poco dulce estaba muerto.
— Nee-san, dámelo. Me pondré el maldito kimono —respondió Hanabi. Tomó la prenda, mientras yo la veía con escepticismo.
— ¿Te lo pondrás? —pregunté, tartamudeando un poco— Puedes pensar que es como tú ropa de entrenamiento, es del mismo color y...
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Una Tregua
FanfictionEn el pasado invierno una Hyūga con un Uchiha se enamoraron... Pero perecieron en el intento. Su amor no pudo con el odio de sus clanes. La Hokage decide que la única forma de terminar los enfrentamientos entre dos nobles clanes y traer la paz al in...