Una Tregua

Capítulo XV

«— Toda noche, por sombría que parezca, tiene su amanecer.»

Macbeth.

Hiashi Hyuga dijo:

— ¡Hinata, ven! ¡Hanabi!

Hinata ahogó una exclamación y sentó en la cama. Alguien estaba dando fuertes golpes en su puerta. Ella se puso una bata y activó su Byakugan, lo que vio tras las paredes de su habitación la asombró.

— ¿Otosan? —dijo en un susurro— ¿Qué...?

— ¡No hay tiempo! —espetó Hiashi a alguien— ¡Apresura a Hanabi!, Necesito hablar con ellas!

Hinata salió corriendo de la cama y abrió la puerta de su habitación.

— Calma, Otosan ¿Qué ocurre?

Hiashi se acercó a Hinata tomándola del brazo.

— Los Uchiha —respondió— Nos declaran la guerra abiertamente. Todos los niños, rama principal y ustedes como hijas del líder, deben refugiarse sin salir de la mansión o el distrito Hyuga. Ustedes deben irse al ala de su abuela Hiroko, en ese lugar tendrán la mayor protección posible.

— ¿Hinata-neesan? —Hanabi, apareció adormilada y bostezando, estaba caminando por el corredor con paso inestable, debido al sueño— ¿Qué pasa?

— Otosan —dijo Hinata— Agradezco la preocupación, pero debe ser otra riña callejera. Estoy segura que Hanabi y yo nos podemos cuidar solas.

— Anoche asesinaron a Tetsu —le informó Hiashi.

Junto a ella, Hanabi ahogó una exclamación. Hinata la tomó de la mano mientras su padre les relataba las circunstancias en las que habían hallado el cuerpo. La mayor de las hermanas Hyuga se cubrió la boca con la mano, tratando de contener las náuseas. La menor la abrazó y ella la llevó hasta el sofá al interior de su dormitorio.

— Perdóname Hinata —dijo Hiashi con pesar, mientras ella se aferraba a Hanabi, que temblaba— Tú viste el demonio que era Sasuke Uchiha mucho antes que yo. Nunca debí aceptar el tonto plan del Hokage de casarte con él.

Hinata sintió como si su estómago cayera, y al hacerlo, hubiera perforado parte de la tierra.

— ¿Sasuke? —murmuró lentamente.

— Sí —respondió serio su padre— Él mató a Tetsu.

Hinata meneó la cabeza y ejerció más presión sobre el agarre que tenía en su hermana.

— ¡Ah, no! Él no, Otosan. Algún familiar suyo, quizás, pero él no...

— ¿Está saya no era de él? —preguntó Hiashi, al mismo tiempo que sacaba un trozo desgarrado de tela con el símbolo Uchiha.

Hinata entrecerró los ojos. Sasuke usaba una saya así, pero sus parientes podían utilizar una similar. Los Uchiha, solían usar su símbolo por todas partes. No podía estar segura de que esa saya fuera de él.

— No lo sé —susurró.

— Bueno, puede que no lo sepas, pero sí se sabe que la espada que estaba clavada sobre esta saya, y en el pecho de Tetsu, era la de Sasuke.

¿Realmente era posible que Sasuke hubiera matado a un familiar de Hinata en plena calle?

Recordó la furia que había visto en ocasiones en sus ojos, cuando peleaba con Tsui o se enojaba por algo, y se estremeció. Sí, era posible. Si estaba furioso, era posible.

— Bien, Otosan —dijo Hinata, mirándolo a los ojos— Haremos lo que dice.

Su padre asintió brevemente y agregó: