Capítulo XIV

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«— Cuando se acerca la desgracia nunca viene sola, pues llega a batallones.»

Hamlet.

Ignoré lo dicho por la Hyuga, sé que era importante, debería estar investigándolo, pero en este momento necesito desahogarme con algo... Que no sea ella. Miré el frondoso bosque que rodeaba el campo de entrenamiento, en unos minutos desaparecieron la mitad de los árboles que rodeaban el claro. En mi cabeza solo rondaba el hecho de que mi tímida y pequeña compañera de academia se casó con Itachi... Y él la amaba...

Golpe.

Misión clasificada.

Golpe.

Itachi casado con Hinata.

Golpe.

Itachi enamorado de Hinata.

Chidori...

La electricidad comenzó a emitirse desde en sus manos, en estos momentos destruir el campo de entrenamiento era una forma de botar la frustración que venía acompañada de la información que le entregó la Hyuga.

Imprudencia... Esa es la palabra correcta para definir lo que Itachi hizo, se encandiló, no una vez, sino dos veces con una Hyuga... De seguir con Hinata ¿Le habría ido bien? No, ¿Estaría vivo? Sí... La rubia, Tokuma y Obito, también. Meditándolo fríamente, después de todas las tragedias ya ocurridas llegó a esa conclusión. En su momento Hinata debe haber pensado lo peor y delibero que ignorar y rechazar a Itachi fue lo mejor.

Pero no lo fue, él ahora está muerto. Y tú fraternizas con ella, la mujer que desprecio a tu querido hermano mayor, con tantas mujeres en el mundo Sasuke, precisamente te acercas a ella. Le decía la voz de Obito en su mente. El chakra se volvía a acumular para iniciar otro chidori Cuando estaba por desaparecer una tercera corrida de árboles, una mano detuvo su actuar.

— Kagami-ojiisan me dijo que era posible que te enteraras luego —dijo Shisui mirando a su alrededor— Créeme, entiendo más que nadie lo que estás pasando y pensando.

— ¡No!, no lo entiendes... De no ser por ella él estaría vivo, Obito y los Hyuga también —decía Sasuke con su sharingan parpadeando en sus ojos.

Shisui negó con la cabeza.

— Me costó entenderlo, pero no lo harían. Nuestra familia tiene una rivalidad con ellos desde hace años. La pequeña Hinata solo fue sensata. Tachi no lo fue, pero ¿Lo puedes culpar Sasuke? Solo se enamoró, no es algo que puedas manejar y premeditar, a veces solo sucede y llega a ti con una fuerza abrasante —el Uchiha de pelo corto, soltó a Sasuke y se apoyó en un árbol sobreviviente a la furia del menor— Hinata no lo sabe, pero Tachi me contó un poco de su misión, parte de él no comprendía lo que sentía por ella...

Sonrió ante el recuerdo.

— Estaba tan confuso cuando llegó a hablar conmigo, pero ahí me di cuenta el centrado e imperturbable Itachi, extrañaba pasar tiempo con la pequeña heredera Hyuga. Nunca me dijo que se trataba de ella directamente, eso lo descubrí solo, sin darse cuenta la rondaba más de la cuenta —miró directamente a los ojos de Sasuke— Si hay alguien inocente aquí es ella, no la culpes Sasuke.

Después de mirarse a los ojos por un segundo, los ojos del menor volvieron a su tono ónix natural.

— Lo sé... Sé que ella no tiene culpa, pero en estos momentos me cuestiono mucho el qué hubiera pasado. Lo lógico sería que con ambos como herederos hubiese sido más pacífico por las apariencias, pero conociendo a ambos clanes ese no sería el resultado —Sasuke se sentó en un tronco, coloco su codo en sus piernas y afirmó su barbilla en la palma de su mano— Pero a Itachi nunca le gustó ser predecible, al ser rechazado por la Hyuga, fue y se fijó en su prima.

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