La "fiesta"

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Narradora:

Ya eran las 7:30 pm, Maddie por fin ya había escogido el atuendo "adecuado"para ponerse.

<<Es cómodo, y no llamará la atención, eso es bueno>> pensó con una sonrisa mientras se veía en el espejo de su habitación

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<<Es cómodo, y no llamará la atención, eso es bueno>> pensó con una sonrisa mientras se veía en el espejo de su habitación.
La castaña se arregló un poco el pelo y se puso un labial de brillo, después tomó algo de dinero para pagar el taxi en donde se iría.

Maddie salió de su habitación, se percató que su hermano estaba en la cocina, y cuando este volteo a verla, inmediatamente desvió la mirada y entró a su habitación azotando la puerta. Daniel se había enojado demasiado, y a Maddie ya le estaba preocupando el hecho de que ya nunca va a volver a hablar con su hermano mayor.

Dió un largo suspiro, para luego dirigirse a la puerta de la entrada y salir.

[...]

Después de que el taxi llegara al lugar donde decía el papelito que Johnny le había dado a Maddie, la chica le pagó $10 dólares, algo caro ya que el rubio vivía en las colinas, es decir, en el vecindario de los ricos.

Maddie se bajó del taxi, y pudo presenciar la gran mansión que estaba enfrente de ella, era muy lujosa y bonita, pero luego pensó <<Mansión grande = fiesta grande = multitud>>. Así es, la chica empezaba a arrepentirse de haber venido, pero ya era muy tarde ya que el taxi se había ido, así que Maddie no tuvo otra alternativa mas que entrar.

Subía las escaleras de la entrada principal hasta llegar a la espaciosa puerta, pudo escuchar la música retumbando dentro de la mansión, fue lo que la puso más nerviosa, sin embargo sabía que si no entraba por esa puerta, su ansiedad social nunca se iría.

Narra Maddie:

Me moría de nervios, mi estómago se estaba revolviendo y estaba a punto de vomitar los fritos que me comí hace una hora. Mas ya estaba aquí, ya no podía hacer nada, así que tomé aire y lo solté. Vamos Madison, tú puedes.

Por fin abrí la puerta, y para mi sorpresa, solo había un par de personas charlando en un sillón y otras en las esquinas, no era lo que me esperaba, Johnny tenía razón, no habría muchas personas.
Me sentí un poco más segura, y entré a la mansión.

Buscaba un lugar para sentarme hasta que me di cuenta que había una chica sentada solitariamente en un sillón para dos, esta llevaba el cabello café oscuro y tez blanca pero no pálida, parecía algo tímida así que decidí acercarme a ella, para ser dos tímidas juntas.
Cuando estaba por llegar hacia su lugar, ella se percató de mi presencia y me miraba algo nerviosa.

- Hola - la saludé y me senté a su lado.

- Hola - respondió ella con la mirada en el suelo.

- ¿Cómo te llamas? - quise saber.

- Jamie, ¿y tú? -

O•B•S•E•S•I•Ó•N // Johnny Lawrence Donde viven las historias. Descúbrelo ahora