O•B•S•E•S•I•Ó•N // Johnny Lawrence

Billie Jean

Narra Maddie:

Había terminado de almorzar, y salí inmediatamente de la cafetería.
¿Que por qué había entrado a la cafetería si no me gusta estar alrededor de muchas personas? Bueno, Jimmy me obligó a estar con él y su grupo, pero algo raro fue que Johnny no estaba por ninguna parte.

Él tenía algo pendiente conmigo, si mal no recuerdo debía explicarme su comportamiento bipolar como hoy en la mañana, pero no lo encontraba.

Decidí entrar de nuevo a la cafetería para dirigirme con los chicos, tal ves ellos saben algo del rubio, sin embargo una voz me lo impidió.
Giré mi vista a mi lado derecho y era Jamie con una manzana en su mano.

- Supuse que no te encontraría - dijo algo apenada, no entendía porqué, yo le dediqué una sonrisa.

- Aquí estoy - me encogí de hombros.

Jamie me hizo una seña para que la siguiera afuera de la cafetería, yo miré a los chicos quienes estaban hablando en su mesa, y algo indecisa comencé a seguir a la azabache.

Caminamos hasta llegar a las gradas del campus de la escuela, Jamie tomó asiento y yo imité su acción sentándome a su lado.

- ¿Vienes a comer aquí? - pregunté observando el lugar, parecía cómodo, no había personas, lo que significaba tranquilidad absoluta.

- Entre otras cosas - se limitó a decir, para luego dar el último bocado a su manzana.- Aquí almuerzo, hago tareas, el campus es un lugar perfecto para pasar el rato mientras estoy en la escuela, claro, cuando no hay nadie.- explicó riéndose.

- Concuerdo contigo - seguí riendo.

Jamie saco unos audífonos con su reproductor de cassettes de su mochila, me percaté que el cassette llevaba el diseño del álbum Thriller de Michael Jackson, luego me miró.

- ¿Te gusta Michael Jackson? - me preguntó, yo formé una gran sonrisa, Michael Jackson era uno de mis cantantes favoritos.

- ¿Y a quién no? Él es el rey del pop - exclamé aún con mi sonrisa, Jamie rió.

- ¿Quieres escuchar? - me compartió sus audífonos, yo los tomé y me los coloqué en mis orejas.

La canción era la de "Billie Jean" , una de mis favoritas quiero aclarar, Jamie tiene un buen gusto musical, ya tengo una cosa en común con alguien, algo que nunca me había pasado.
Comencé a tararear la canción, Jamie al darse cuenta de esto, sonrió.

Comencé a divagar entre mis pensamientos mientras seguía escuchando de la canción. Miré de reojo a Jamie y parecía que me estaba diciendo algo, luego se puso de pie y se marchó.
Fue extraño pero supuse que iría al baño así que seguí con lo mío.

[..]

Seguía con los audífonos de la chica observando un campus solitario, los rayos del sol chocaban en mi cara al igual que el aire, como dije, tranquilidad absoluta.

Hasta que siento que alguien tocó mi hombro y luego vi cómo el campus comenzó a llenarse de chicos y chicas, ¡Oh maldición! ¿Ya se termino el receso?

- ¡EY! - gritó Jamie con su uniforme deportivo quitándome los audífonos.- ¿Por qué sigues aquí? - preguntó confundida, yo me asuste ¿cuánto tiempo pasó?.

- ¿Cómo...?-

- Te había prestado mis audífonos porque tenía que irme a cambiar para la clase de deportes, tú solo asentiste, y pensé que ya te habías ido - explicó mientras bajábamos las gradas.

- Llegaré tarde a la clase - dije pegándome en la frente.

- ¿Qué clase te toca? -

- Mm... no lo sé - saqué mi horario de la bolsa de mi short y me tocaba deportes, uf, fue un alivio.- Deportes.- exclamé aliviada.

- No tendrás tiempo de cambiarte, el entrenador es muy exigente con la puntualidad - mencionó Jamie algo preocupada.

- Pero también exigente si no llevo el uniforme -

Jamie me entregó la sudadera de su uniforme y me dijo que me la pusiera, le obedecí y no tuve otra opción más que quedarme en short, tenía suerte de que ya llevaba tenis.

[...]

Seguíamos en deportes, esta clase parecía infinita, sentía que habíamos pasado horas corriendo alrededor del campus, sentía que en cualquier momento moriría por falta de oxígeno y me caería ya que mis piernas ya no me aguantaban.

Jamie estaba a mi lado, quien al parecer no demostraba ninguna señal de cansancio, admito que la chica estaba en muy buena forma.

- De acuerdo, ahora todos formen dos equipos de fútbol- ordenó el entrenador hacia los chicos.- Y las mujeres a su práctica de porristas.

¿Porristas? ¿Es una maldita broma?
Aunque me sentía exhausta, no pensaba ensayar como porrista, yo quería jugar fútbol, por lo que me acerqué al entrenador, quien les daba órdenes a un equipo.
Antes de poderle decir una palabra al mayor, me percaté que los motociclistas de mis amigos, estaban en ese equipo, incluyendo a Johnny, este parecía no tener ni la mínima idea de lo que estaba pasando, algo extraño en él.

- ¿Alguna duda jovencita? - me preguntó el entrenador sacándome de mis pensamientos.

- Si, ¿podría jugar fútbol? - dije regresándole la mirada.

El entrenador me miró con una ceja levantada para luego ir formando una sonrisa, hasta ir convirtiéndose en una carcajada. No entiendo lo gracioso, ¿en serio cree que por ser mujer no pueda jugar fútbol? Que idiotez.

- Lo siento niñita pero el fútbol es para hombres, tú lugar es con las porristas - mencionó apuntando a un grupo de chicas haciendo piruetas, yo hice una mueca.

- Pero-

El señor me interrumpió sonando su silbato haciendo que los dos equipos se fueran al espacio donde jugarían fútbol, yo bufé enojada y no tuve más opción que ir con las porristas.

Narra Daniel:

Estaba en el equipo contrario de los Cobra Kai, genial, mi técnica para pasar por desapercibido con ellos se fue hacia abajo.

Cuando el entrenador sonó el silbato, volteé a verlo y noté a Maddie algo enojada alejándose de él, ¿ella también está aquí?
Claro, ¿cómo pude olvidar que ella y sus amiguitos pudieran ser separados? Tal ves arreglaron sus horarios para pasar las clases juntos, es odioso.

En fin, no me concentraré en ella, el juego empezó e iba bien, sabía cómo jugar fútbol y era uno de mis deportes favoritos.
Sin embargo, algo me dice que mis oponentes mueren por jugar sucio.

Cuando estaba pasando junto con el balón dirigiéndome hacia la portería, un chico moreno me puso el pie a propósito, haciendo que cayera y me lastimara mi pierna derecha.
Me levanté rápidamente, estaba furioso al darme cuenta que era uno de los Cobra Kai, quienes observaron la escena y comenzaron a reír.

Yo no lo pensé dos veces y le di una paliza al chico que me había hecho caer, iba a seguir la pelea, pero unos chicos que eran de mi equipo me detuvieron, el chico también iba a golpearme, pero a él también lo alejaron de mi.

El entrenador se acercó furioso a nosotros y me ordenó que saliera del juego, es más, me dijo que me fuera a la dirección ¡Genial!
Estaba realmente lleno de rabia y trataba de explicarle al entrenador cómo sucedió todo pero este no me hacía caso, se supone que ellos empezaron la pelea y ¿a mi me culpan? Que injusto.

Me alejé enojado del campus, ¡que buena escuela es esta!, noten el sarcasmo.

- ¡Odio esto! - grité enojado pateando el césped.

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