O•B•S•E•S•I•Ó•N // Johnny Lawrence

Ilusión perfecta

[...]

Johnny y yo entrábamos a la casa donde daban la fiesta.
Y era como las otras, música a todo volumen, bebidas, comida, excepto que no había hombres.

Sinceramente jamás había visto a dos chicas besarse, pero eso ya no sería problema porque en cada esquina había un par, no digo que sea malo, cada quien sus gustos, solo digo que era inusual.

- ¿Seguirás con tu cara de tonto o me ayudarás a buscar a mi novia? - preguntó con el ceño fruncido haciendo que desviara mi vista de esas chicas.- Vamos LaRusso, podrán ser sexis pero están fuera de nuestro alcance.- seguimos caminando entre las personas.- Además, supongo que ya tienes a Ali.

En eso reaccioné, Ali y yo habíamos acordado en vernos hoy en la noche, de hecho exactamente hace dos horas, iríamos a Golf N' Stuff.
Demonios, estará furiosa por haberla dejado plantada allá.

- Qué imbécil - me pegué en la frente.

Decidí apresurar el paso, debo ir a su casa para disculparme con ella, no esperaría hasta mañana para hacerlo, ¡maldita sea!.

Mis ojos se movían para todos lados tratando de que se toparan con mi hermana, realmente estaba apresurado, sin embargo, la música retumbando en mis oídos hacia que perdiera la concentración.

Johnny y yo no parábamos de buscar, aunque no lo crean, la casa era grande.
Hasta que comenzó a sonar una canción que se me hacia familiar, era de Michael Jackson, el cantante favorito de Maddie.

Yo debía irme, quedaría más mal con Ali si no llegó a tiempo.

- Esperaré en tu auto - avisé a Johnny quien me miró con una ceja levantada para luego asentir confundido.

Sonó raro, como sea, caminé de vuelta a la entrada de la casa.

Narradora:

¿Dónde estaba Maddie?. Afuera en la gran terraza participando en una batalla de baile.
Maddie había elegido la canción, la cual era "Wanna Be Startin' Somethin'" de Michael Jackson.

La chica no sabía lo que hacía, sin embargo no se arrepentía, se sentía tan bien y muy feliz, algo raro ¿no?.
Tal ves Jamie tuvo algo que ver acerca de vaciar una sustancia en su refresco.

Se veía tan confiada de si misma al realizar todos esos asombrosos pasos de baile enfrente de todas las chicas, llamando su atención, obviamente.
En cambio su contrincante, sabía que su derrota era predecible, pues Maddie bailaba muy bien.
Maddie LaRusso se reconcilió con el baile.

Al terminar la canción, la chica morena se había marchado rendida de la terraza, dejando a Maddie con todo el crédito por parte de sus espectadoras, haciendo que ella gritara emocionada junto con Jamie, quien había apostado $50 dólares por su victoria.

- ¡Ella es mi mejor amiga! - presumía Jamie con su brazo derecho rodeando a la castaña quien solo reía.

La música siguió, y las chicas que se encontraban en la terraza siguieron con el baile.

Maddie, con sus ojos cerrados y una gran sonrisa, seguía bailando como si no hubiera mañana hasta que sintió un agarre en su brazo, el cual la jaló hacia la derecha haciendo que chocara bruscamente al mismo tiempo que juntaba sus labios con otros, que ella no conocía.

Al separarse de ese pequeño beso, Maddie abrió los ojos y se percató que se trataba de la chica con pecas y vestido amarillo.
Maddie se quedó paralizada y sin palabras ante lo que acababa de pasar, había besado a una chica, se sentía avergonzada y culpable, demostrándolo con una angustiada expresión.
Jamie había visto todo, ella estaba boquiabierta, no se lo esperaba, ella aún no se daba cuenta de la clase de fiesta en la que se encontraban.

- Bailas bien, princesa - sonrió para luego alejarse de Maddie aún procesando todo.

Al momento de que la chica se fuera, dejó la vista libre a la castaña, sus ojos se toparon con los ojos azules de un Johnny en traje, había observado la manera en que besaban a su propia novia enfrente de su cara, se sentía devastado.
No quería seguir observando más, y sin más salió de la terraza molesto y al mismo tiempo triste.

- ¿Era Johnny? - se acercó Jamie.

- Lo vió - se limitó a decir para luego ir detrás de él.-¡Johnny! - trataba de detenerlo intentando seguirle el paso hasta llegar a la salida de la casa.

El rubio ignoraba los llamados de la chica, se subió a su auto cerrando la puerta bruscamente llamando la atención del aperlado.
Luego, arrancó, no quería hablar con Maddie, por al menos unos días, se sentía muy mal, jamás se había sentido así, siempre era lo contrario, hacía sentir a sus antiguas parejas como si él fuera inalcanzable y superior, pero ahora, fue diferente.

- ¿Qué sucedió? - decidió preguntar Daniel viendo cómo arrugaba las cejas y apretaba los labios el rubio.- ¿Y Maddie? ¿La encontraste? ¿Estaba ahí? ¡Johnny!.- insistía Daniel haciendo que Johnny le pegara a su volante dejando escapar una lágrima.

- ¡Basta LaRusso! No haremos esto, no quiero hablar de ella ¿bien? - exclamó con odio con vista al frente.

Daniel suspiró y se recargó en el asiento.

- ¿Al menos podrías decirme si ella estaba ahí? -

- Si - respondió rápidamente, luego dió un largo suspiro y se retractó por haberle hablado así, Daniel no tenía la culpa, sin embargo tampoco lo admitiría.- Ya no volveremos, lo dejó muy en claro.- se limitó a decir.

Daniel sabía que debían cambiar de tema, Johnny era capaz de dejarlo a media carretera si seguía insistiendo y Daniel no querría eso.
Hubo minutos de silencio hasta que el aperlado decidió romperlo.

- ¿Podrías llevarme a la casa de Ali? -

Johnny se desconcertó ante esa pregunta, pero al final respondió...

- Ella no está ahí, puedo llevarte al club, estoy seguro que ahí debe estar - respondió sin ninguna emoción, Daniel asintió.

Narra Maddie:

Seguía sentada en la acera viendo hacia la nada, pensando en lo que haré, en todo lo que pasará.
Será difícil enmendar las cosas y que vuelvan a ser como antes.

El hecho de que nos hubiéramos dado un tiempo me afectaba, pero ahora, qué hay posibilidades de que ya no volvamos a ser algo son bajas, me siento de lo peor.
Por eso no me gusta socializar, estas son las desventajas de hacer amigos o tener novio.

Te presentas, te encariñas, son algo, pero luego todo se derrumba por un malentendido. Así es como funciona.

- Hey - se sentó Jamie a lado mío, no respondí.- ¿Qué pasó?.

- Se fue, ni si quiera volteo a verme - dije aún con mi vista en la carretera.- Tengo que explicarle, debo tratar.

- Creo que sé en donde debe estar - dijo haciendo que la volteara a ver.- ¿Viste cómo venía vestido? Seguro se dirigía al club que está a unas cuadras de aquí.

- Venía por mi, me invitaría a esa fiesta - dije procesándolo.- Y yo... ya no sé quién soy.- dije mirando mi ropa y pensando en lo qué pasó en la terraza, después, decidida miré a Jamie para luego asentir.- Vamos a ese club.

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