Who wants to live forever, anyway? [Completa❤]

True colors

"Soy.
y detrás la sombra"

SBM

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"¿Te gustan?"

"¿Las fotografías?"

"No, los hombres ¿Te gustan los hombres?"

"Tengo novia"

La respuesta salió a la defensiva. Demasiado estúpida e ingenua. Jungkook sonrió de costado. Apenas levantó la comisura izquierda. Un gesto muy pequeño, pero con clara intención de burla.

Se estaba golpeando mentalmente justo en ese momento. ¿Tengo novia? ¿Qué tan difícil era decir: no? ¿Por qué evitaba reconocer que le atraían las mujeres? Patético...

Y, como cada vez que se sentía expuesto, movió las luces para desviar el foco de atención.

"¿A ti te gustan?"

"Por supuesto. Por algo me echaron de casa y la señora Kim no puede mirarme a los ojos"

Esto lo soltó como quien dice que por la noche comerá kimchi.

Un escalofrío inquietante lo recorrió hasta la punta de los pies.

Otra vez Kim Taehyung se quedaba sin palabras.

Se aferró más a sus novelas tratando de esconderse detrás, mientras sostenía con sus largos dedos las pantuflas.

El chico regresó a su posición inicial, a su lugar inicial: la cama. Con el teléfono en alto, deslizaba el dedo sobre la pantalla, ignorándolo. No había en su semblante algo parecido a la tristeza, ni siquiera a la resignación.

Aparentemente, para Jeon, la normalidad era hablar de temas delicados sin la más mínima precaución o delicadeza.

Bien, es hora de que salgas de donde te metiste solito Taehyungie.

Les rogó a sus pies que se movieran. Pero en cambio, se quedaron en el mismo lugar. Clavados. Le rogó a su bocota no abrirse y largar otra estupidez y se escuchó decir lo siguiente:

"Hace mucho calor hoy... ¿Quieres ir al río?"

Rogó ser rechazado.

Pero no lo fue.

[...]

Aprovecharon que mamá Yeon Ja, dormía la siesta.

El señor Hiroki los miró, evaluó y juzgó, encaramado en el muro de la residencia, hasta que desaparecieron.

Al río llegaron 20 minutos después. Su papá le dejaba manejar su auto siempre y cuando el tanque volviera con la misma cantidad de combustible.

La zona era bastante inaccesible, salvaje y, por ende, poco concurrida. Esperaba que Jungkook mencionara el hecho, pero solo se dejó guiar hasta la orilla. Era atlético y sorteaba los árboles caídos y vallas con facilidad. Porque, para entrar, debían cruzar terreno privado.

Había comenzado a sudar y se sentía pegajoso. El calor veraniego le sentaba tan mal como el alcohol. La idea de ambos, como construcción social, era maravillosa. Se veía bien en las publicidades. En el cine. En las redes sociales. Pero una vez que Taehyung recibía un vaso de licor o una hora de sol muy directo, se enfermaba.

El invierno y el café, eran para él, lo que al resto el verano y la cerveza.

Siguieron caminando en silencio. A la par.