Who wants to live forever, anyway? [Completa❤]

Mother

"I'll leave the sun behind me and I watch the clouds as they sadly pass me by. Seven miles below me, I can see the world and it ain't so big at all"

The Kinks 

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"¿Cuándo vas a mostrarme el resto de tus fotos?"

La pérdida de su padre le había dado a Taehyung carta blanca para aferrarse a Jungkook a la menor oportunidad. Ahí donde lo encontraba, su cuerpo se adhería y se negaba a seguir.

Tan placentero. Tan encantador.

¿Por qué no podían permanecer en esa burbuja? Escuchándose respirar. Abrazados. Vinculados por una hebra de destino demasiado frágil, tanto, que una llamada de teléfono, una puerta abierta, un día más en el almanaque o incluso el sr. Hiroki podría deshacer, al menor rasguño.

Habían terminado de cenar y Jungkook lavaba los platos con él a sus espaldas. Sus brazos eran un cinturón ajustado y su mentón descansaba apoyado en el hombro izquierdo. Todo en ese momento era precario, pero le brindaba seguridad. Un valle donde su corazón intranquilo parecía anticipar el sonido de una voz, deteniendo su propio latido. ¿Qué esperaba realmente escuchar? Más que una respuesta, su deseo era sanarse. Las vibraciones de ese tono suave haciéndole cosquillas en el vientre... tenían poder sobre él. Pero el eco no llegaba.

"¿Jungkook? ¿Qué pasa?"

"Dejé de hacerlo"

Se separó, colocándose a su lado, para mirarlo a los ojos, pero él seguía abocado a su tarea de limpieza.

"¿Por qué?"

"Porque era el momento de dejarlo"

Pero entendía que, detrás de su mirada esquiva, había otra verdad como sombra. ¿Debería seguir preguntando? ¿Por qué? Mientras más cargara su sistema con recuerdos, más difícil le resultaría seguir adelante.

Tampoco había querido averiguar si ese asunto de la agresión de Jung Suk había resurgido o si una cosa tenía que ver con la otra.

No. Jeon debería formar parte de un pasado difuso que añorara, pero al que no pudiera atrapar, ni rozar por las noches.

Volvió al abrazo para anular la infinidad de pensamientos que lo acongojaban cada vez que se separaba de su piel. Respirando de su masculinidad, oprimiéndola contra su nariz, lo que sucedía se sentía correcto. No así cuando le daba espacio a otras voces y miradas, siempre alertas, dispuestas a juzgar.

"¿Quieres subir?" le preguntó, secándose las manos.

Subir era encerrarse en la habitación del ático. Allí, la segunda noche había sido similar a la primera. Solo se enredó con insistencia contra él y se durmió. Pero esa noche, ya sin consumir ansiolíticos, los sentidos estaban en alerta, y subir era descender al infierno... y, sin embargo, Taehyung reaccionó en automático, tomó su mano y se encaminó hasta las escaleras.
El suelo se sentía caliente bajo sus pies descalzos y, por debajo del pantalón corto, latía como un desesperado.

Las palmas permanecieron juntas, pese al sudor que no distinguía si era todo suyo. Y estaba aterrado, contando peldaños que crujían, prendiendo luces para no caer. El pequeño cuarto tenía su ventana abierta y desde allí los grillos, los búhos y el motor de algún auto, dejaban su testimonio acerca de un mundo exterior.