Es eterna

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"Well, I'm not the world's most passionate guy
But when I looked in her eyes, well I almost fell for my Lola"

The kinks
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Taehyung desconocía por completo cómo funcionaba una relación sentimental. Había torpeza en cada paso que daba. Y, especialmente, miedo. Mucho miedo.

Pensar en Jungkook era casi tan aterrador como estar con Jungkook, y no porque la pasara mal, sino exactamente por todo lo contrario.

El sábado era su meta. El resto de los días constituían un puñado de horas a tolerar, con algún intervalo de alegría. No supo cómo fue que aquello se convirtió en parte de su rutina, ni tenía intenciones de averiguarlo, ante el temor de que el delicado mecanismo que mantenía el vínculo, colapsara.

Entre sábado y sábado, las preguntas invadían su estabilidad ¿Qué hacía Jeon en ese momento en que él ponía la lavadora? ¿Qué le gustaba desayunar? ¿A quién llamaba cuando estaba triste? ¿Estaba triste ahora?
Una a una, las dejaba acumularse.
No siempre hubo sexo. De hecho, la tercera vez que pisó la casa, se encontró a un joven tan agotado, que se rindió de inmediato. Su instinto sexual tardío era abrumador, pero pronto descubrió que existía una veta protectora más abrumadora, escondida en los recovecos de su persona.

Taehyung se descubría más a sí mismo que al propio JK.

Le sacó las zapatillas y le ordenó que se acostara. Le preguntó si ya había comido, porque podía ir a comprar algo a la tienda, la gente que no se cuidaba lucía como lo hacía él en ese momento. Sabía que estaba poniendo la mirada que hacía su madre cuando quería regañarlo y se contenía. El menor resopló, riéndose.

"Estoy bien, ven aquí" lo tomó de las manos y de un empujón grosero, quedó encima. Poco importaba su cansancio. Seguía siendo fuerte. Sus brazos seguían siendo dos boas constrictoras que lo ponían caliente. Hubo una mirada intensa antes de que recordaran respirar.

"Tienes ojos desiguales"

"Así nací"

"Me gustan"

Susurró a medida que cerraba los suyos. Taehyung buscaba acomodarse en esa posición cuando el pedido de que le contara algo, lo sacó un poco de su eje.

"¿Algo?"

"Sí, ¿qué hiciste hoy?"

"Cosas aburridas"

"De acuerdo, quiero escuchar cosas aburridas"

"Te contaré, solo para que te duermas de una vez"

Y había iniciado una larga cadena de estupideces, que desembocaron en una: había repartido documentación en la casa de los Ho. Unos viejitos que tenían un gato parecido al señor Hiroki. Era ridículo extrañar tanto a un gato. No pocas veces se encontraba pensando en que debía comprarle su alimento sabor a pollo. Su papá lo había encontrado en la calle, un día de lluvia. Parecía más una rata. Aunque luego, con muchos cuidados, descubrieron que pertenecía a la raza de los angora.

"Estuvimos un mes entero buscándole nombre. Entonces le decíamos el gato. No me parece correcto ponerles nombres a los gatos. Estoy seguro de que lo odian..."

"¿Por qué?"

"Nadie le pone nombre a los animales salvajes. Nadie les pone nombre a los leones de la sabana. Los nombres pertenecen a los domesticados. ¿Acaso existe el gato domesticado? ¿O uno que responda a su nombre? No lo creo. Los gatos son demasiado inteligentes, pueden hacerte creer que son mascotas por un buen plato de comida, pero no lo son"

Who wants to live forever, anyway? [Completa❤]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora