Cadáver Exquisito

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"Entra libremente y por tu propia voluntad 

y deja parte de la felicidad que traes contigo"

Drácula - Bram Stocker

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La noche no le dio lo que esperaba, aunque, para ser honestos, le resultaba difícil determinar cuáles eran sus deseos, los subyacentes a ese pequeño acto de rebeldía.

Bajo las indicaciones de Jungkook terminaron en la zona norte de la ciudad, unos quince minutos después. El motor hizo un extraño sonido, un quejido débil al apagarse y el temor de no poder volver a ponerlo en marcha hizo que mirara con angustia a su copiloto.

"Este no es un buen lugar"

"Será rápido"

Una plaza.

Una plaza bajo los faroles. Sin restos de alegría.

Árboles y sombras.

Los columpios en soledad, bajo alguna maldición que los ataba a la inmovilidad.

Ni una sola persona a la vista.

Taehyung comenzaba a sentirse enfermo. La vida allí había sido replegada y escondida y no sentía que hubiese lugar para él. Como si estuviera siendo expulsado a consciencia.

El cambio dramático de un territorio apropiado por la infancia era espeluznante. Pensó que esa misma transformación también era posible en las escuelas. Los parques. Los zoológicos.

¿Era así una plaza realmente? ¿La estaba viendo desnuda?

Debajo de todas las risas y los ladridos y el aleteo de las palomas, debajo de su disfraz, existía la noche, dándoles la bienvenida a los antagonistas, a los monstruos, a las pesadillas, a Jeon Jungkook. Quien, a diferencia de él, parecía resuelto. Era evidente que había realizado esa seguidilla de actos muchas veces. Mirar el teléfono. Responder. Acomodarse el tapabocas. Tomar la mochila. Echar un vistazo hacia todas las coordenadas antes de bajar.

Su estómago hacía ruidos nerviosos y estaba seguro de que se podían oír.

¿Rápido? ¡Rápido era ya! ¡Ahora!¡De inmediato!, quiso gritarle. Pero no encontró la voz para hacerlo. En cambio se mordisqueaba los labios y revisaba el espejo retrovisor de manera compulsiva. Los ojos de su mamá se le metían por los resquicios del arrepentimiento. No debió. Oh, no. Claro que no. Si hicieras caso Taetae, ahora estarías profundamente dormido, ajeno a la angustia, inmaculado. Libre de toda caída, listo para retornar a tu rutina.

La palabra droga se levantó con el viento. Movió las ramas de los árboles y los columpios y remeció su autocontrol mientras Jeon se alejaba.

Drogas.

"¿Ese era el problema, verdad mamá? Aishh, ¿Por qué no lo dijiste? Hubiese simplificado mi vida" se dijo susurrante "Drogas... Si me hubieses dicho no estaría aquí... mierda"

El corazón le dio un vuelco en cuanto divisó a un hombre atravesar la calle y dirigirse hacia la plaza con pasos tranquilos. Era un hombre. No necesitaba verle la cara. Su estructura física, el peinado, las manos en el bolsillo, la ropa. Un adulto. ¿Vendedor o comprador? ¿Cuál de las dos realidades le gustaría menos? Miró hacia otro lado cuando el extraño pasó frente al vehículo.

Antecedentes... ¿un médico con antecedente? Imposible. ¿Cuántos años recibiría un cómplice vinculado al narcotráfico? En ese instante, él podría estar arruinando su futuro. Incluso llegó a imaginar la humillación que sufriría su familia después de algo semejante. Estaba considerando arrancar, apretar el acelerador y volver a la seguridad de su hogar, pero dejar a Jeon solo con un adulto... no, nunca sería esa clase de persona.

Who wants to live forever, anyway? [Completa❤]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora