Una bocanada de humo

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El tiempo llegó primero. // El tiempo viajó desde lejos. Cruzó mares inagotables. Recorrió senderos sin principios, sin final. // El tiempo atravesó nubes. Bailó tormentas. Jugó con las hojas de cada árbol. //El tiempo cantó pájaros. Subió montañas. Observó las casas. Creció cultivos. Agrietó las pieles. Calló alientos. // El tiempo viajó desde lejos. Se posó sobre una ventana. Se dejó observar por un niño. Sonrió agradecido. // El tiempo descalzó sus pies. El tiempo comenzó a andar.

Flor Irigaray

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"¿No me recuerdas Park Jimin? ¿Cómo podrías recordar? Has vivido mucho tiempo solo sirviéndote de mujeres como yo. De mujeres que nadie ama. ¿Qué hay en la sangre de una prostituta que te da tanto placer? ¿Sufrimiento? ¿Es más roja a base de golpes? ¿Huele a podredumbre? ¿Te gusta que tu comida esté sucia desde las entrañas hasta las uñas de los pies? ¿Te interesa que te esperemos durante todo el día, todos los días, porque en nuestra vida no tuvimos ni tendremos nada especial?"

No puedo identificar si me habla o está dentro de mi cabeza. Me asfixia de todas las formas posibles, pero me mantengo de pie, aunque esté derrotado, a diferencia de ella, que, en cuclillas, se eleva por sobre los demás.

Escucho un sonido similar a un siseo. Entiendo que es su risa. El eco es escalofriante, permanece dentro sin desaparecer nunca y, por primera vez, tengo miedo. La sangre pegotea las suelas de mis zapatos al cemento.

"No. no hay recuerdo ¿Qué son tres semanas para un inmortal? Pero a mí me jodiste la cabeza, el cuerpo, confundía la realidad. Era incapaz de recordar mi pasado o ansiar un futuro. Solo era, el mismo día, el mismo sufrimiento cada hora. Las pastillas te duermen por las noches y te mantienen durante el día, así que las tomaba como caramelos. Clonazepam, Lorazepam, Venlafaxina. Fue difícil. Fui débil. El dolor cuando no apareciste más... ¿cómo puedo explicarte el dolor en el que me revolqué para que lo disfrutes? Ya no importa."

En los dientes, en el vestido, en los pies: tiene sangre fresca chorreando y coagulada como grandes costras.

"Ese otro vampiro me tomó. Le gustaba tomar cosas que eran tuyas. Le gustaban tus juguetes. Yo también tomé algunos de tus juguetes y los convertí en seres reales, poderosos. Eso somos ahora. Fecundarás a cada mujer que te traigan mis hijas. En un par de meses ya no necesitaremos estar anidando en estas horrendas cloacas. Cada edificio de Seúl será nuestro."

Ella me habla casi sin abrir los labios que de tan hinchados y ensangrentados parecen más grandes de lo que son. Cree que no la recuerdo, pero sí lo hago. Sé la dirección en que vivía y la esquina en donde la encontré negociando con un tipo que apenas tenía abierta la ventanilla de su Audi de vidrios polarizados para proteger su identidad. Su contextura pequeña, casi ridícula, en tacones altos, alteró mis instintos primarios, como si quisiera protegerla y consumirla a la vez.

Era dócil entre mis manos, pero sus ojos se ensartaban igual que un anzuelo en la carne, insistentes, duros. En esa hora que compartíamos la cama nunca dejaba de observarme y, cuando no podía, igual sentía la pesadez de su mirada contándome cosas que definitivamente preferí ignorar. No me interesaba. Tomaba lo que su vena me ofrecía. Tenía el sabor de la muerte. Estaba enferma. Estoy seguro que lo sabía entonces. Que sus infernales días estaban contados. Ahora entiendo lo que buscaba, lo que consiguió sola, con ayuda de Yang.

Una oportunidad. Una sola.

La mujer inconsciente en el suelo es igual a todas las otras mujeres que tomé. Su maquillaje barato está corrido, su ropa ajustada ha sido rajada, su pelo se encuentra duro de tanto spray para acomodarlo.

Who wants to live forever, anyway? [Completa❤]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora