Charla entre gatos

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Tadashi y yo estuvimos pasando el tiempo con Kuroo y su prometido.

Nos reuníamos en la casa de alguno de los cuatro, comíamos delicioso y platicábamos, bueno, realmente Tadashi y ellos platicaban de muchas cosas hasta cansarse.

Kuroo estaba comprometido con un gato blanco como la misma luna, llamado Tsukishima Kei.

Por primera vez, Tadashi estaba feliz estando rodeado de gente que no nos golpeaba. Hombres gato como nosotros son difíciles de ver en estos días...

–Creo que se gustan –susurro Kuroo en mi oreja como si fuera cualquier chisme ajeno. Mientras tanto yo, sorbiendo un poco del té que había preparado Tadashi, me atragante al inmediato después de escuchar esas palabras haciendo alusión a mi prometido y a Tsukishima.

–¿Qué? –pregunté alterado secando mi ropa manchada de saliva y delicioso té.

–Sí, ya sabes, esos dos chicos –Kuroo volvió a señalar hacia donde estaban Tsukishima y Yamaguchi en la cocina. Sin embargo, mi rostro aún no estaba claro y Kuroo tuvo que ser más específico en sus palabras –¿Acaso no te diste cuenta? Kei le está coqueteando a Yamaguchi, a Kei nunca le ha gustado ayudar en la cocina, y míralo, está detrás de este chico sin rechistar... Y a Yamaguchi no parece desagradarle su compañía ¡serían una linda pareja de gatos! –sugirió Kuroo.

Estaba atónito ¿Cómo era posible que Kuroo dijera eso tan tranquilo? ¡Era MI prometido y el de él de quienes estábamos hablando!

–Haces caras raras cuando te enojas, Kenma –señaló Kuroo.

–Me sorprende la testarudez que tienes para manejar tan bien los celos... –conteste, efectivamente molesto.

–¿Celos? ¿Por qué tendría celos? Kei podrá ser mi prometido, pero fuimos juntados a la fuerza por nuestras familias, no tenemos una relación en donde haya celos de por medio –dijo Kuroo tranquilamente remojando una galletita salada en su taza –Ambos acordamos que sí encontramos gatos que nos gusten, tenemos la libertad de anular el compromiso y hacerlo con el hombre que nos guste... –dijo Kuroo.

Jamás paso por mi mente la idea de dejar de ser el prometido de Tadashi, aún cuando ni siquiera hay amor de por medio en nuestra relación, nunca pensé en que podría enamorarme de alguien que no fuera Tadashi.

Pero ¿qué hay de él? ¿alguna vez Tadashi pensó en ser prometido de alguien que no fuera yo? O al menos ¿a Tadashi le gusta alguien?

–¿Quieren quedarse a comer? –dijo sonrientemente Tadashi detrás mío sosteniendo una bandeja de croquetas de pescado.


Los gatos que maúllan debajo del árbol de cerezos (KenYama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora