Los buenos gatos detestan el agua

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Detesto el agua fría o tibia.

Tengo que bañarme con agua caliente o si no, no podre entrar a la ducha, y no me importa si Kenma me juzga porque no puede entrar a la tina conmigo, me niego a bajarle la temperatura.

Detesto no poder culpar a Kenma del incidente con Tsukishima, soy consciente de que su ansiedad lo hace sentirse fuera de lugar y en momentos de mucho estrés no sabe cómo debe de reaccionar, sé que no debí dejarlo en la sala completamente solo después de que Kuroo y Tsukishima se fueran, pero estaba muy enojado y triste al mismo tiempo... quiero decir, de todas las opciones ¿por qué me tenia que arrojar té tibio? ¿no había una manera más sencilla de arreglar las cosas? A veces Kenma puede comportarse como un niño.

Otra cosa que detesto es que, Kenma crea que me gusta alguien a parte de él.

Quiero decir... ¿Cómo se supone que me guste alguien más que no sea Kenma?

Él es muy lindo y atento conmigo. Tiene una mirada afilada y una piel muy suave. Pero no son las cosas físicas las que me gustan más de él. Quizás me gusta que sea serio, le da un aspecto serio y maduro, aparte es muy inteligente, y aunque no habla mucho suele decir cosas muy acertadas cuando lo hace.

Él siempre me apoya, cuando me siento triste no tiene palabras para consolarme, pero me prepara té caliente, me sienta en el sofá y me lee un cuento para niños.

Sé muy bien que a Kenma no le gustan las historias infantiles, pero lo hace para que deje de llorar y de pensar en cosas que me lastiman.

Cuando tengo problemas para resolver alguna tarea él siempre va a mi casa para ayudarme.

Él es más que mi prometido... Kenma se volvió la persona que amo, y se me hace dificil imaginar un futuro en donde no estemos juntos, ser un hombre gato es dificil por la sociedad en la que estamos creciendo llena de prejuicios, pero estoy seguro de que si estoy con Kenma, nada puede ser tan malo...

El agua de la tina se enfrió así que salí de allí. Intente buscar la ropa humedecida por té que había dejado tirada en el piso antes de meterme al cuarto de baño, pero ya no estaba en ese lugar.

Tomé alguna camisa y pantalón del armario de Kenma y me dirigí a la sala en busca de mi prometido. Sin embargo, no se encontraba en ese lugar, más sin en cambio, Kenma estaba lavando mi ropa.

–No debí arrojarte el té sobre la cabeza, lo siento –dijo Kenma.

–Si lo vuelves a hacer voy a golpearte tan duro que vas a necesitar... no lo sé quizás un médico ¿entendido? –mencione avergonzado, ya que no se había ocurrido algo mejor que decir.

Kenma rio silenciosamente.

–¡No te burles! –grité, rojo por la vergüenza.

–¿Acaso intentas ser un bully? –preguntó Kenma conteniendo una sonrisa con su mano.

–N-no realmente...–tartamudee.

–Será mejor que no, si lo intentas, te volveré a arrojar té encima –dijo Kenma.

Los gatos que maúllan debajo del árbol de cerezos (KenYama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora