Los gatos que maúllan debajo del árbol de cerezos (KenYama)

Un primer beso de despedida

–Lo mejor es terminar nuestro compromiso –eso fue lo que dijo Tadashi dedicándome una tierna sonrisa.

Después de dejar la ropa de Tadashi en la secadora, llegamos hasta la sala para descansar del largo e incómodo día que sólo parecía hacerse cada vez más incómodo.

–¿Qué harás después de eso? ¿Qué pasará con tu madre y todas tus cosas? Sabes bien que si terminamos nos quitaran nuestros bienes...–dije intentándolo persuadir.

–Kenma, estoy enamorado –mi corazón se estrujo, estaba anonadado –Y quiero que esa persona también me ame, no quiero que nuestro compromiso sea un impedimento para que eso suceda, Kenma...–lo único que pude pensar era ¿Quién? ¿De quién se había enamorado Tadashi? ¿De Tsukishima? ¿De Kuroo?

–Tienes que pensar esto con la cabeza bien fría, no puedes decir cosas al azar para ver la reacción de la otra persona por pasatiempo –estaba frustrado ¿qué tenia que decir para que me dijera que sólo era una broma?

–Kenma, soy consciente de que no puedo terminar nuestro compromiso por arte de magia y sin consecuencias, por eso, creo que sería bueno darnos un tiempo, sólo quiero saber si la persona de la cual estoy enamorado también me ama... sea cual sea la respuesta de esa persona, yo me casaré contigo, Kenma –Tadashi parecía muy empeñado en esa idea, así que como no tengo el corazón para negarme a su petición, le pido algo a cambio antes de que destroce por completo mi corazón.

–Dame un beso de despedida –Tadashi abrió sus ojos, y aunque sorprendido, no se negó.

Sus labios eran muy suaves.