Sexto ciclo 🍩

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A la edad de once años la materia de artes plásticas aún lograba ser de sus favoritas, esto podría tener explicación en que siempre recibía muchos halagos por parte de sus compañeros, amigos, y maestros. No lo sabía, Jungkook simplemente amaba dibujar y pintar todo el tiempo. Quizá lo había heredado de su papá porque durante su niñez se había entretenido más de una vez con él. Aunque sus dibujos favoritos eran los de Namjoon, no era tan genial pero siempre agregaba los colores que él quería, aún podía recordar su avestruz púrpura.

-Bien, niños, ¿cómo van? -preguntó el maestro de la materia.

-El cesto de frutas de Yoongi pide socorro -contestó Hoseok, casi conteniendo sus carcajadas.

-La versión frutal de El Grito.

Pero claro, Hoseok y Taehyung se quedaron en silencio al recibir la mirada de Seokjin.

Yoongi aceptaba que no era buen artista, pero Taehyung no podía hablar mucho porque su dibujo era aún más feo, y sabía que sólo lo molestaban porque no era de muchas palabras. Tener a Seokjin a su lado era el lado positivo, porque el mayor siempre iría tras él parlotenado, aunque avaces también deseaba que se callara porque no le gustaba que interrumpiera sus sueños matutinos aún en la biblioteca.

El maestro de artes se acercó a la mesa de Namjoon y frunció las cejas.

-Nam, ¿por qué pintas las frutas de esos colores?

Rápidamente, Jungkook les dirigió su atención.

-¿Esta mal?

-No, no. Es que... estamos hablando del realismo en esta oportunidad, y no ves manzanas amarillas o peras azules muy seguido, ¿no?

-¿No es así?

El maestro se agachó un poco, lo suficiente para mirar a Namjoon directamente.

-Namjoon, ¿acaso eres daltónico?

Curioso | NamKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora