Cuarto ciclo 🧁

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Después de las clases de deportes, era buen tiempo para lavarse las manos antes de regresar al salón de clases, era lo que hacía Jungkook hasta que una mano se coló y cerró la canilla.

-¡Oye!

-Al lavarnos las manos gastamos tres litros de agua, y al cepillarnos los dientes siete.

Claro que Jungkook no necesitó voltear para saber de quién se trataba, aún así lo hizo porque adoraba ver la sonrisa de sabelotodo que poseía Namjoon en esas ocasiones.

De nuevo ahí estaban, esos extraños ritmos que su corazón proporcionaba, esa tranquilidad indescriptible en el que su cuerpo caía al ver esos ojos y esa sonrisa tan única.

-¿Y tú sabías que traes un trozo de papel en tus zapatos? -interrogó divertido.

Namjoon se miró a los pies y, efectivamente, el trozo estaba ahí así que se sintió avergonzado mientras Jungkook reía considerablemente de su descuido.

-¡Estos accidentes le pasan a siete de cada diez personas!

-Pero nunca imaginé que al chico más inteligente -siguió carcajeando el menor.

-¡Jungkook!

Definitivamente, Namjoon era tan especial como una flor.

Curioso | NamKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora