Capítulo: 19

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-¿Estás bien? -Me acerqué para comprobar la magnitud de sus heridas.

- Estoy bien -dijo, los hombros aún agitados mientras miraba al suelo-. Vamos.

Moviéndose en cámara lenta, giró y abrió la puerta del lado del pasajero, subiendo adentro. Con un murmurado adiós, Sorn y BamBam se dirigieron a su propio coche. Un par de personas permanecían de pie en las escaleras que conducian al bar, mirando. Un
hombre sostenía un bate de béisbol como si esperara más problemas.

-Jeongyeon. Entra en el coche. -Taehyung abrió la puerta del asiento trasero y me indicó entrar-. Vamos.

Los policías podrían venir. O peor. Peor era la prensa. Sabía eso ahora. Estarían en todos lados en muy poco tiempo.

Me metí en el coche.

Taehyung desapareció tan pronto como llegamos a casa. Jimin pisoteó fuerte por las escaleras hasta nuestro dormitorio. Era realmente el nuestro? No tenía ni idea.
Pero lo seguí. Se dio la vuelta y me enfrentó apenas entré en la habitación. Su expresión era feroz, tenía las cejas hacia abajo y la boca en una línea dura.

-¿Llamas a eso darnos una oportunidad? Vaya.

Lamí mis labios, dandome un momento.

- Yo lo llamo salir a buscar algo de comida. La comida aún no estaba lista, así que pedimos una cerveza. Nos gustó la música y decidimos ir a bailar un par de canciones. Nada más.

- El estaba sobre ti.

- Estaba a punto de darle un rodillazo en las
pelotas.

-¡Te fuiste sin decir una maldita palabra!-gritó.

-No me grites -dije, buscando la calma que no tenía en ese momento. - Te dejé una nota en la cocina.

Pasó las manos a través de su cabello, luchando visiblemente por conseguir algo de calma.

- No la vi. ¿Por qué no viniste a hablar conmigo?

- La luz roja estaba encendida. Estabas grabando y no quería molestarte. No se suponía que íbamos a estar fuera por mucho tiempo.

Su cara amoratada estaba furiosa, caminó unos pasos y luego se volvió y avanzó de nuevo. No más tranquilo por lo que pude ver, a pesar de que caminó de un lado otro por lo que pude ver, a pesar de que caminó de un lado a otro. Pero por lo menos parecía estar tratando. Su temperamento era la tercera persona en la habitación y acaparaba todo el maldito espacio.

- Estaba preocupado. Ni siquiera tenías tu
teléfono, lo encontré encima de la maldita mesa. Y El teléfono de Sorn seguia sonando.

- Siento que te hayas preocupado. -Extendí las manos, sin excusas para los dos.

- Olvidé cargarlo. A veces sucede. Trataré de ser más cuidadosa en el futuro. Pero Jimin, no pasaba nada. Tengo permitido
salir de la casa.

-Mierda. Eso lo sé. Yo sólo...

-Estás haciendo tus cosas y eso es genial.

- ¿Era una especie de maldito castigo? -Obligó a las palabras mordaces salir a través de sus apretados dientes.- ¿Es eso?

- No. Por supuesto que no - suspiré
silenciosamente.

- ¿Así que no estabas intentando que te tocaran?

- Voy a pretender que no dijiste eso.

Golpearle la cabeza no estaba muy lejos de
la cuestión. Mantuve mis puños cerrados
cuidadosamente a mi lado, resistiendo el impulso.

¿Que Pasó Ayer?→JeongMin✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora