Capítulo: 14

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Su mano se deslizó alrededor de mi nuca, sosteniéndome en el lugar. El beso siguió y siguió. Me iluminó de pies a cabeza. No quería que terminara

Me besó hasta que mi cabeza giró y me sostuve fuertemente de él para no caer. Luego se echó hacia atrás, jadeando, y puso su frente contra la mía, una vez más.

-¿Por qué te detienes? —pregunté cuando pude formar una frase coherente. Mis manos tiraron de él, tratando de traerlo de vuelta a mi boca.

- Sh. Relájate. —Tomó una respiración profunda—. ¿Te acuerdas de algo? ¿Algo de eso te es familiar?

Mi mente confusa por el beso se quedó en blanco. Maldición.

- No, no lo creo.

- Eso es una lástima.

Una arruga apareció entre sus cejas. Las manchas oscuras bajo sus hermosos ojos marrones parecían haberse oscurecido. Lo decepcioné de nuevo. Mi corazón se hundió.

- Te ves cansado —le dije.

- Sí. Tal vez sea momento de cerrar los ojos. —Plantó un beso en mi frente. ¿Fue un beso de amigo o de algo más? No sabría decirlo. Tal vez ese, también, era sólo para fines científicos.

- Lo intentamos, ¿eh?

- Sí. Lo hicimos.

Se puso en pie, recogiendo la botella de cerveza. Sin él para que me calentara, la brisa sopló a través de mí, haciendo temblar mis huesos. Fue el beso, lo que realmente me hiso temblar. Hizo volar mí siempre amorosa mente. Pensar que tuve una noche de besos como este y la olvidé. Necesitaba un trasplante de cerebro a la mayor brevedad.

- ¿Te importa si me voy contigo? —pregunté.

- No, en absoluto. —Me tendió una mano para ayudar a levantarme.

Juntos, caminamos de regreso a la casa, subiendo las escaleras al dormitorio principal. Me quité mis zapatos mientras Jimin trataba con su propio calzado. Nos acostamos sobre el colchón, sin tocarnos. Ambos mirando al techo, como si las respuestas estuvieran allí.

Me quedé callada. Por un minuto entero. Mi mente se encontraba completamente despierta y arrojando pensamientos hacia mí.

- Creo que entiendo un poco mejor ahora, cómo es que terminamos casados.

-¿Ah sí?—Giró su cabeza para mirarme.

- Sí. —Nunca fui besada así antes—. Lo entiendo.

- Ven aquí. —Un fuerte brazo rodeó mi cintura, arrastrándome hasta el centro de la cama.

-Jimin.

Lo miré con una sonrisa nerviosa. Más que lista para más besos. Más de él. Por alguna extraña razón ¡QUERIA MAS! Pero no quería pedírselo por miedo a que pensara que yo era una especie de loca o ninfómana que solo piensa en esas cosas a si que preferí callar.

- Acuéstate de lado —dijo, sus manos me maniobraron hasta que él se hallaba detrás de mí.

Un brazo se deslizó por debajo de mi cuello y la otra colgaba alrededor de mi cintura, acercándome más a él. Sus caderas se adaptaron al tamaño de mi trasero perfectamente. ¿Qué hacia?

- ¿Qué estas haciendo? —pregunté, perpleja.

- Cucharear. Lo hicimos esa noche por un tiempo. Hasta que te sentiste enferma.

- ¿Nosotros cuchareamos?

- Sip. Etapa dos en el proceso de rehabilitación de memoria, cucharear. Ahora duérmete.

¿Que Pasó Ayer?→JeongMin✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora