Capítulo: 6

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El celular de mi padre sonó justo antes de la
medianoche. El mío había sido apagado hacía ya bastante. Cuando el teléfono de casa no paraba de sonar, lo desconectamos de la pared.

La policía vino dos veces a sacar gente del patio delantero. Mamá por fin había tomado una pastilla para dormir y se había ido a la cama. Luego de que su mundo limpio y ordenado se hubiera disparado al infierno, no se habia sentido tan bien.
Sorprendentemente, después de un arranque inicial, papá había estado lidiando bien con la situación. Yo me disculpaba convenientemente y quería el divorcio. Él estaba dispuesto a culpar a las hormonas, o algo así. Pero todo eso cambió cuando miró a la pantalla de su celular.

— Hani-respondió a la llamada, sus ojos
perforándome Desde el otro lado de la habitación.

Mi estómago se hundió en consecuencia. Sólo un padre puede entrenarte tan bien. Lo había decepcionado. Los dos lo sabíamos. Sólo había una Hani y sólo una razón por la que estaría llamando a esas horas en un dia como aquel.-Sí -dijo mi padre-. Es una situación desafortunada.- Las lineas-alrededor de su boca se profundizaron, convirtiéndose en grietas-. Es comprensible. Sí. Buenas noches, entonces.- Sus dedos se cerraron alrededor del teléfono y luego lo arrojó sobre la mesa del comedor.-Tu pasantía se ha cancelado.

Todo el aire se precipitó fuera de mí cuando mis pulmones se estrecharon hasta volverse del tamaño de dos monedas de un centavo.

— Hani cree, con razón, que dada tu situación actual.. —La voz de mi padre se
desvaneció en la nada. Había pedido muchos favores para conseguirme esa pasantía en uno de los más prestigiosos estudios de arquitectura de Suwon. Y sólo una llamada telefónica de treinta segundos había sido necesaria para hacerla desaparecer.

Alguien golpeó la puerta. Ninguno de los dos reaccionó. La gente había estado golpeando en ella durante horas. Papá empezó a pasearse de un lado a otro en la sala de estar, mientras yo sólo lo observaba como en un sueño.

A lo largo de mi infancia, momentos como aquel siempre habían seguido un patrón determinado.

Yoongi se metía en una pelea en la escuela. La escuela llamaba a nuestra madre. Mamá tenía un colapso. Yoongi se iba a su habitación, o peor aún, desaparecia durante días. Papá llegaba a casa empezaba a pasearse. Y yo en medio de todo, tratando de jugar al mediador, la experta en no
estar en problemas.

Entonces, ¿qué diablos hacía de pie en medio de un maldito tsunami?

Cuando éramos niños, yo jamás había causado problemas. Tenía buenas calificaciones en la escuela y había asistido a la misma universidad local que mi padre. Podría haber heredado su talento natural para el diseño, pero puse horas y esfuerzo para obtener las calificaciones que tenia que obtener. Había estado trabajando a
tiempo parcial en la misma tienda de café desde que tenía quince años. Mudarme con Nayeon había sido mi única gran rebelión. Yo era, en definitiva, increiblemente aburrida. Mis padres querían que me quedara en casa y ahorrara dinero. Todo lo demás que había conseguido habia sido hecho a través de evasivas para que mis padres pudieran dormir bien por la noche. No era que yo hubiera llegado a tanto. Aquella fiesta. El episodio de Jackson hacía cuatro años. Nada me había preparado para aquello.

Además de la prensa, había gente llorando en el jardín delantero, con carteles que proclamaban su amor por Jimin. Un hombre tenía en la mano un equipo de sonido de estilo antiguo sobre su cabello, con la música a todo volumen. Una canción llamada "Butterfly" era su favorita. Los gritos alcanzaban un crescendo cada vez que el cantante llegaba al coro: "¿Te quedarás a mi lado? ¿Me lo prometes? Si dejo ir tu mano, volaras lejos y te romperás."

¿Que Pasó Ayer?→JeongMin✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora