Jimin y yo no hablamos después de eso. Pero cada tarde después del trabajo, se encontraba allí, esperando al otro lado de la calle. Estaría observándome por debajo de la visera de su gorra de béisbol. Listo para escoltarme segura a casa. Me molestó, pero de ninguna manera me sentí amenazada. Lo ignoré durante tres días mientras
me seguía. Hoy era el día número cuatro. Había cambiado sus habituales vaqueros negros por azules. Incluso desde una distancia, su labio superior y su nariz se veían amoratados. Los paparazzi estaban todavía perdidos en acción, aunque hoy alguien me preguntó si él se encontraba en la ciudad. Sus días de mudarse aquí de incognito probablemente llegaban a su fin. Me pregunté si él lo sabía. Cuando simplemente no lo ignoré como
mi habitual modus operandi, dio un paso adelante.
Luego se detuvo. Un camión pasó entre nosotros en medio del constante tráfico de la ciudad. Esto era una locura. ¿Por qué todavía estaba aquí? ¿Por qué no solamente regresó con Jennie? Seguir adelante con él aquí era imposible. Con la decisión medio hecha, corrí atravesando la calle durante la siguiente pausa del tráfico, encontrándome con él en el lado opuesto de la acera.- Hola -dije, sin ni siquiera pasar la mano nerviosamente por la correa de mi cartera.- ¿Qué estás haciendo aquí?
Se metió las manos en los bolsillos y miró a su alrededor.
- Llevándote a casa, lo mismo que hago todos los días.
- ¿Esta es tu vida ahora?
- Supongo que sí.
- Ah -dije, resumiendo la situación perfectamente. -¿Por qué no regresas a Seúl?
Sus ojos me miraron cautelosamente y, al principio, no me respondió.
- Mi esposa vive está aquí.
Mi corazón tartamudeó.
La simplicidad de su declaración y la sinceridad en sus ojos me pilló con la guardia baja. No era tan inmune a él como pensaba.
Nos sentamos allí mirándonos el uno al otro en una especie de extraño enfrentamiento. Ninguno de los dos habló. La forma en que me miró, como si hubiese sido herido también, como si estuviera herido... no pude soportarlo. Retrasar este lamentable lío de relación no nos ayudaba a ninguno de los dos.
Tiempo para un nuevo plan. Teníamos que aclarar las cosas y seguir adelante con nuestras respectivas vidas. No más dolor y angustia.- ¿Quieres hablarme de ella?-empecé, sentándome derecha, preparándome para lo peor.
- Sí. Jennie y yo estuvimos juntos por un largo tiempo. Probablemente ya lo sabes, ella fue la que me engaño. De la que hablamos. Asentí.- Nosotros empezamos la banda cuando tenía catorce. Taehyung , Jungkook y yo. NamJoon se unió un año más tarde y ella tambien. Ellos eran como parte de la familia, son parte de la familia. Incluso cuando las cosas iban mal no podía darle la espalda a ella...
- La besaste.
Suspiró.
- No, ella me besó a mí. Jennie y yo terminamos.
- Supongo que no sabe eso, ya que te sigue llamando y todo.
- Se mudó a Nueva York, ya no trabaja para la banda. No sé sobre que era la llamada, pero no se la regresé.
Asentí, solo un poco apaciguada, nuestros problemas no era así de claros.
- ¿Entiende tu corazón que terminaste con ella?
Supongo que me refiero a tu cabeza, ¿no? En realidad, tu corazón no es más que otro músculo. Es tonto decir que decide algo.- Jennie y yo hemos terminado terminamos hace mucho tiempo. Lo prometo.
- Incluso si eso es cierto, ¿eso no me hace solamente el premio de consolación? ¿Tu intento de una vida normal?
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¿Que Pasó Ayer?→JeongMin✓
FanficLos planes para la celebración del vigésimo primer cumpleaños de Yoo Jeongyeon eran grandes. Enormes, pero jamás se hubiera imaginado despertar en el suelo de un baño con una resaca que competía con la peste negra, un semidesnudo y muy atractivo hom...