Capitulo 5.|Miedo al que dirán.

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Que nerviosa estaba. Llevaba una semana preparando mi gran fiesta, mi fiesta de los dieciocho. Pero aun quedaba otra semana para ese día y quedaba mucho por preparar. Faltaba enviar invitaciones, comprar alguna cosa, todavía tenían que arreglarme el vestido y elegir unos zapatos que combinaran con él.

Iba a ser la mejor fiesta de toda mi vida. Había como doscientos invitados, tenía a todos los criados trabajando en ella día y noche, iba a ser celebrada en nuestra casa del campo la cual era como un castillo. Estaba preparando el salón más grande con adornos increíbles y el jardín también iba a estar alumbrado y adornado para que los invitados saliera, como era pleno julio no hacía frío por las noches, el color de la fiesta sería el rojo, como mi vestido, un rojo potente, que combinaría a la perfección con el dorado de las molduras de la casa. Sabía que la gente que asistiera se quedará boquiabierta.

Hoy iba a ir con Esther a comprar los zapatos y a probarme el vestido. Asique me levante con energía y fui a mi gran vestidor a elegir que me pondría. Escogí un mono negro que llegaba hasta los tobillos con un cinturón plateado, los tirantes casi no se diferenciaban con el cuello y en la espalda llevaba una ligera abertura unida por un botón. Me coloqué unos zapatos de tacón negro fui al baño y me pinte la raya de los ojos, eché rímel a mis pestañas y bajé a la cocina. Apenas desayuné porque llegaba tarde a la cita con Esther. Cogí mi bolso negro con lentejuelas doradas y me fui.

Encontré a mi amiga en la puerta de la tienda, le di dos besos y entramos a esta. Conocía muy bien a la dependienta ya que mi madre era clienta suya desde hace mucho. Nos saludamos y entró por una puerta desapareciendo tras ella, a los pocos minutos salió con mi vestido y me condujo al probador. Entré y me lo puse, salí y me miré al espejo, Me quedaba perfecto. Era de una tela brillante roja, palabra de honor, la falda era abombada y tiesa, corto, por poco debajo del culo.

-¡Te queda genial Anne!- Dijo Esther sacándome una foto con su móvil.

-¡SÍ! Me encanta pero, ¿Podrías traerme unos zapatos que combinen bien Emma?- Le pregunté a la dependienta.

-Claro cariño.-Respondió ella con amabilidad.

Me trajo unos zapatos de charol negros con la suela roja. Me pegaban a la perfección. Además trajo un collar dorado muy grande para rellenar mi cuello y una cartera negra. No me lo quería ni quitar de lo precioso que era.

Volví a entrar al probador después de que Emma me quitara el collar y cogiera el bolso y los zapatos y me desprendí del vestido, me puse mi ropa y salí con el vestido en la mano, me dirigí al mostrador donde Esther me esperaba junto con Emma. Lo pagué todo y salimos de la tienda.

-¿Quieres ir a tomar algo?- Me pregunto Esther.

-Claro.- Le respondí yo.

Nos dirigimos al Starbucks más cercano ya que a las dos nos encantaba el café de allí. Entramos y nos sentamos en una mesa junto a la ventana, siempre nos sentábamos a lado de las ventanas, nos gustaba ver a la gente y el ambiente de la ciudad. Vinieron a atendernos, yo pedí un Café Mocca y Esther un Caramel Macchiato. Estuvimos hablando todo el rato que en la cafetería, mi amiga me estuvo contando sus problemas, solía tener muchos debido a el dinero casi todos y yo siempre la escuchaba, me contaba que es su casa eran muchos y sus padres ganaban poco, que ella no encontraba trabajo en ningún sitio y que sus hermanos, tenía tres en total, de ocho, siete y cuatro años se daban cuenta de todo y más de una vez los había encontrado llorando, me rompía el corazón escuchar eso, si yo parecía la típica estirada sin sentimientos pero en realidad no lo era, pero eso solo lo sabía Esther, ella me preguntaba siempre porque iba con esa imagen yo nunca le respondía porque en realidad ni yo lo sabía.

Siempre había sido así creo que era porque pensaba que así no sentiría ese algo o alguien que siempre me ha faltado dentro y parecería más fuerte, así la gente se daría cuenta de que no me afectaba nada, ningún insulto, ningún desprecio, pero mi yo real no era ese, yo lloraba mucho, lloraba por cómo era, por como trataba a la gente solo para que mis amigas me quisieran, lloraba porque me faltaba alguien y no sabía quien yo lo tenía todo, nadie llenaba ese vacío y sentía como si nadie lo fuera a llenar nunca, no le había contado nada de esto a nadie, no podía confiar y no estaba preparada, sabía que nadie lo iba a entender, porque ni yo lo hacía del todo. Creo que también era el miedo del qué dirán por eso lo mantuve en secreto durante todos estos años.

-Anne ¿me estas escuchando?- Escuche preguntarme a la chica morena. ¿Había estado hablándome todo este rato? Siempre me pasaba, mis pensamientos me consumían.

-No, lo siento Esther ¿qué decías?- le dije con tristeza a mi amiga.

-No importa, cariño pero estas bien, últimamente te distraes mucho-

La mire le sonrei falsamente y le dije-Si estoy bien- Pero mentí. No estaba bien y era verdad que últimamente esos pensamientos me venían más y no paraba de llorar cada noche.

-¿Si?¿Y porque lloras?- Me pregunto. ¿Llorar? Yo no estaba llorando, o eso pensaba. Pase mi mano por mi mejilla, la aprte y me la mire, y en efecto, estaba llorando. Ni siquiera me había dado cuenta. Me volvía a pasar la mano por la mejilla y conteste.

-No lloro, solo que me pican los ojos.- Volví a mentir. No se porque mentía, Esther era mi mejor amiga nunca le había mentido pero ahora necesitaba hacerlo, no estaba preparada para contarle lo que me pasaba.

-Está bien, ya he pagado ¿nos vamos?- Asentí.

Salimos del local y nos dirigimos a mi casa. Por el camino estuvimos charlando.

-¿Quieres quedarte a dormir en casa hoy?- Le pregunte a mi amiga, no quería estar sola y menos después de recordar todos mis sentimientos y de que todos esos pensamientos volvieran a mi mente, porque sabía que los volvería a recordar y estallaría a lágrimas, pero si estaba en compañía no vendrían, estaría distraída y que mejor compañía que Esther.

-Claro, llamaré a mi madre para decírselo.- dijo la morena sonriente. Creo que ella también necesitaba alejarse de todos los problemas de su casa durante una noche.- ¿Quieres que veamos una película?- Me pregunto Esther después de colgarle a su madre. Asentí.

-Claro y encargamos unas pizzas.- Dije entrando a mi casa.

La noche fue perfecta, vimos Mujeres, Hombre y Niños y comimos las pizzas que nos trajeron poco después de pedirlas. Después nos fuimos a dormir.

➰➰

Buenas bbs

Gracias por leer. Darle estrellitas y comentad me gustaría saber vuestras opiniones e ideas. Nos vemos en el proximo capitulo:)

Besitos, Bel:3

Mi otro yo.|Pausada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora