Capitulo 10.|Sorpresa en el bosque.

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-¿¡Qué hacéis!? ¿¡Estáis locos!? ¡Soltarme! ¿¡Adonde me lleváis!? ¡Socorroooooo!- Gritaba y gritaba pero nadie me hacia caso.

-Cállate Vanesa. No vamos a hacerte daño.- Dijo una Sonia.

-Ya claro eso es lo que dicen todos los secuestradores antes de violar a la chica.-

- Tú ves demasiadas películas.- Me dijo Liam y rió.

Tenía una bolsa en la cabeza que me impedía ver nada, me habían atado las manos y me sujetaban por las axilas y los pies, como si fueran a jugar al silletín de la reina.

Pronto me soltaron y me metieron en un coche.

-¿A dónde vamos?- Pregunté.

-Ya lo veras- Respondió Richard.

-¿Podéis quitarme esta bolsa de la cabeza?-

-No- Respondieron todos a coro.

-Pero me voy a afixiar-

- Que quejica eres pelirroja.- Dijo una de las gemelas agarrando la tela justo por done estaba mi boca y haciendo un corte- Ala, ya puedes respirar.

No sé cuánto tiempo paso, quizás una hora o tan solo un cuarto, lo único que sé es que, el viaje se me hizo eterno. El coche paro y escuche como abrían las puertas y se bajaban. Una mano apretó mi brazo y me tiro hacia afuera haciendo que tropezara y que casi me cayese.

-Que torpe eres.- Dijo el chico que me agarraba, Liam.

-Que te pongan a ti una bolsa en la cabeza, te tiren del brazo y te saquen a lo bruto de un coche, haber si te tropiezas o no.- Dije algo enfadada al chico.

Me estaba hartando.  ¿A dónde me llevaban? ¿Qué estaban tramando? Empecé a andar y enseguida note que el suelo que pisaba no estaba asfaltado ni era piedra, era hierba y tierra. Sonia me guio todo el camino hasta que nos paramos. Me desataron las manos y sin preguntar me quite el saco de la cabeza bruscamente. Lo veía todo borro debido a que no tenía mis gafas de pasta negra.

-¿Alguien me da mis gafas por favor?- pregunté, cerrando un poco los ojos intentando ver mejor, no lo conseguí.

-Aquí tienes.- Me dijo Carly poniéndome las gafas.

En cuanto llegue a ver bien mis ojos se abrieron como platos, pestañee unas cuantas veces asegurándome de que estaba donde creía estar. Y en efecto, estaba viendo bien. Nos encontrábamos en medio del bosque.

-¿Qué se supone que hacemos aquí?- Pregunte confundida.

-Ahora lo veras.- Respondió Rich con una pícara sonrisa.

Resople.

Me hicieron una señal para que los siguiera y  de nuevo empezamos a caminar, yo no paraba de preguntar qué hacíamos hay, a donde íbamos, que pasaba, pero no obtenía respuesta, solo me decían que callara y que andará.

 Era de noche, estábamos en medio del bosque, empezaba a tener hambre y mis amigos parecían estar tramando algo, me daban miedo.

Después de un rato andando llegamos a un camino, estaba iluminado por una serie de botes de cristal a ambos lados. Cada uno tenía un color diferente, era precioso.

“Adelante, sigue el camino, es para ti.”

Decía un cartel con una flecha. Todo era muy extraño, pero emocionante. ¿Esto lo habían hecho mis amigos solos? Imposible, alguien les había ayudados, ellos no sabían español y el cartel estaba escrito en español. Seguro que mi madre les había ayudado.

Los mire con una sonrisa.

-Vamos ¿a qué esperas? Es para ti.- Dijo Sonia, me había leído el pensamiento. Siempre lo hacía.

Mi otro yo.|Pausada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora