Capitulo 17.|Necesitaba.

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Entre abrí los ojos y me cegué por la luz. Fui a coger la otra almohada de la cama para ponérmela en la cara y tapar la molesta luz pero me tope con algo empecé a palpar algo, pelo, baje y toque una piel, muy  suave, baje los dedos y descubrí un cuerpo, me levante abriendo los ojos hasta atrás ¿qué mierdas?

Me eché para atrás sobresaltada y ahogando un grito, casi calleándome de la cama la figura de un cuerpo de hombre de pelo castaño se hallaba a mi lado de espaldas a mí, supe que estaba dormido, no se movía y su respiración era tranquila.

Intente recordad ¿Qué había pasado aquella noche? Abrí más los ojos pensando en lo peor y enseguida mire mi cuerpo. “Uff” estaba aún con el pijama. Quien fuera aquella persona había dormido conmigo, solo eso, pero él estaba sin camiseta.

Me sobresalte de nuevo al verlo moverse, se dio la vuelta hacía mí y  

-¡Gabriel!-

-¿¡Qué!?- Grito él sentándose de un golpe en la cama, mirando a todos lados con los ojos muy abiertos y moviendo las manos como si fuera un ninja. Pero enseguida agacho la cabeza y se puso las manos a ambos lados.- Dios, que dolor de cabeza.-

-Como que ¿qué? ¿Qué haces durmiendo en mi cama?-

-Em no sé.-

Se volvió a tumbar bocabajo como si nada.

-¿No sé?-

-No, no lo sé ¿qué más da?-

-Pues que estas en mi habitación, durmiendo a mi lado, en ropa interior y a penas te conozco.- Lo penúltimo no es que me importaba ¿a qué chica en su sano juicio le importaba que tal chico estuviera en ropa interior delante de ella?

-Pues estaba aburrido y me vine a dormir contigo ¿contenta? Ahora duerme, princesa.- Y ahora de donde se saca este lo de princesa.

No me apetecía ponerme a discutir con aquel chico y como tampoco tenía sueño así que me levante y lo deje hay durmiendo.

Baje a desayunar y me encontré a Esther y Andrés en la cocina. Andrés solo llevaba unos bóxer negros y Esther la camisa del chico que le quedaba casi por las rodillas.

Ella estaba en la encimera sentada con las piernas abiertas y él entre ellas y se estaban besando.

Un momento ¡se estaban besando! Abrí los ojos mejor y enseguida salí de allí.

Mire la hora en mi móvil. Las dos de la tarde, era muy tarde así que decidí ir a despertar a Gabriel para irnos de vuelta a la ciudad. Además me vengaría por haberse colado en mi habitación así porque si.

-¡Ahhhhh!- Grite entrando por la puerta y corriendo hasta tirarme encima de él.

-¿¡Qué coño haces!?- Se dio la vuelta tirándome al otro lado de la cama.

-Despertarte, ¿no lo ves?- Dije entre risas.

-¡Estas tonta! ¡Ah! Joder que dolor de cabeza.

-Eso te pasa por beber. Ahora a levantarte que nos vamos a ir.

-¿Y no me podías despertar cariñosamente o por o menos sin gritar?- Dijo de mal humor mirándome con el ceño fruncido.

-Me tenía que vengar por colarte en mi habitación.-

-Ah, ¿con que esas tenemos no?- Dijo levantando una ceja y poniendo una sonrisa malvada.

No me dio tiempo a reaccionar al segundo lo tenía encima de mí haciéndome cosquillas por todos lados y yo retorciéndome por todos lados hasta que caímos ambos al suelo. Él cayó de espaldas y yo detrás dándome de boca con su musculoso pecho. Me fui a levantar para calmarme cuando sentí sus manos en mi cintura.

-¿Qué haces?- Dijo.

-Te podría preguntar lo mismo.- Le conteste.

-No te vayas, se está bien así ¿no crees?- Tenía que salir de allí como fuera, me sentía incomoda, acababa de cortar con mi novio, no quería ninguna relación ahora mismo y estar encima de un chico en ropa interior no ayudaba en absoluto.

-Ya, bueno, nos tenemos que ir, nos estarán esperando abajo.- Me excusé y me levante rápidamente de allí entrando en el baño.

Una vez la puerta cerrada me deslice sobre ella hasta acabar sentada en el suelo con las piernas dobladas y pegadas a mi pecho y las manos en mi cara, me tome un momento para asimilar lo que acababa de pasar, no me podía volver a enamorar, no, no tan rápido, necesitaba tiempo para mí.

Me levante cuando escuche la voz de Esther llamándome.

-Ya voy.- Le dije.

Abrí el grifo, me lave la cara y salí. Me puse unas calzonas vaqueras y una camiseta de tirantes, con mis Vans azules, recogí todo lo que había traído y baje. Detrás de mi bajo Gabriel y todos salimos. No tuvimos que llamar a nadie para que fuera a buscarnos ya que Andrés se ofreció a llevarnos. Esther se monto al lado de Andrés, de copiloto yo detrás de ella y Gabriel a mi lado.

Ellos dos no paraban de hablar y reírse, mientras yo miraba por la ventana al igual que Gabriel. A veces sentía su mirada en mí y otras veces era yo la que lo miraba de reojo.

Fui la primera en bajarme del coche, dije adiós y le dije a mi amiga que luego la llamaría.

Entré en mi casa y como de costumbre no había nadie más a parte de las criadas.

Una de ellas me pregunto qué quería de comer y le dije que arroz.

Subí a mi habitación y me eche en la cama, estaba agotada.

Me puse a pensar en todo.

Les dije a mis padres que no quería estudiar porque me iba a ir a vivir con mi novio y que no se tendrían que preocupar más por mí. Pero ahora que les digo, no tengo novio, no me puedo ir de esta casa, pero me niego a estudiar, lo odio y no voy a ir a la universidad.

¿Y Gabriel? Me negaba rotundamente a volver a enamorarme, no ahora, no tan pronto, necesitaba tiempo para mí y mi vida, para vivir sin preocupaciones de si me quiere o no, de si esta con otra, necesitaba alejarme de todo, estar yo sol, aclarar mi vida y lo que haría a partir de ahora, necesitaba aclarar mis sentimientos y pensamientos, tenía dieciocho años, ya era adulta, lo diga la ley o no. Necesitaba encontrarme a mí misma. Si, necesitaba unas vacaciones.

Llamaron a la puerta y a continuación está se abrió.

-Señorita, la comida esta lista.- Dijo una de las cocineras.

-Estaba bien, ahora voy.-

Baje y como siempre comí sola viendo la televisión.

➰➰

¡Hola!

Ya volví con más y mejor. No es muy largo, pero creo que es bastante interesante. 

Muchas gracias por aquellos que leen y me apollan. 

Un besito desde España hasta donde tenga que llegar, Bel. :3

Mi otro yo.|Pausada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora