Capitulo 2.|Un vacío

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Faltaba una semana, una semana para mi 18 cumpleaños y parecía que todos se habían olvidado de mí. Mi madre estaba distante, salía más temprano, llegaba mas tarde y estaba todo el día apuntando cosas en un papel el cual no me dejaba ver.

En el instituto igual. Mis amigos cuchicheaban y cuando yo llegaba ellos callaban y ponían cualquier escusa tonta para irse.

Estuvieron toda la semana así, era muy extraño. ¿Y si ya no me querían? ¿Y si a mi madre le ocurría algo y no quería contármelo? ¿Quizás les había hecho algo a mis amigos? ¿O a mi madre? Todas esas preguntas pasaron por mi mente sin poder salir, me reconcomían. Era una pesadilla, cada vez que me quedaba sola durante mucho tiempo, sin nadie me venía un dolor, no un dolor de cabeza ni de tripa, me venía un dolor en la parte izquierda de mi pecho, un vacío tremendo y me ponía a llorar como si me faltara algo pero no era por mis amigos o por mi madre ya que aunque estuviera con ellos, seguía sintiendo ese vacío aunque no me percatara de ello. Esto no era nuevo llevo sintiéndolo desde que tengo memoria y nunca se lo he mencionado a nadie, ni siquiera a Sonia. ¿Alomejor era la ausencia del amor de un novio? No podía ser, había tenido varios aunque realmente solo he estado con dos a los que amaba, pero aun así ese sentimiento seguía dentro de mí. Y me mataba. Antes no era tan consciente, pero según pasan los años va en aumento.

Y en ese momento empecé a recordar, recordé cada uno de mis lloros repentinos. Todos eran parecidos, yo sola sumida en mis pensamientos y de repente empezaba a llorar podía tirarme horas llorando y viniera quien viniera nadie me consolaba haciendo que mi llanto cesasen. Todos me preguntaban porque lloraba y yo no les contestaba no porque no quisiera si no porque no sabía el porqué.

Y volvió.

Comencé a llorar de nuevo. Otra vez. Sin saber porqué. Después de un rato, podían ser horas o quizás tan solo minutos, paré. Sequé mis lágrimas, lavé mi cara y me dirigí al salón.

Mi madre aún no había llegado, estaba deseando que lo hiciese para tener compañía y dejar de pensar en todo.

Decidí preparar la cena. Puse música eso siempre me relajaba ya que con ella no pensaba, solo seguía la letra y mis pies se movían a su compás. Cogí mi móvil y fui a youtube puse uno de los discos de One Direction. Me concentre en la música. Todo a mi alrededor desapareció.

Cuando terminé de preparar la cena y de poner la mesa escuché un ruido de fondo, eran las llaves entrando en la cerradura de la puerta de entrada.

-¡Hola!-dijo una voz animada proveniente de la entrada. La reconocí al instante.

-Mamiiii-fui a saludarla con tanto entusiasmo como una niña pequeña. Ella me sonrió y besó mi mejilla, como siempre hacia.

-¿Qué tal la tarde?- preguntó

-Bien- mentí.- ¿y tú?- le pregunté antes de que pudiera notar la mentira en mi rostro.

-Bien también- respondió.

Cenamos charlando. Le conté que mis amigos estaban distantes, pero ella no le dio importancia. También hablamos sobre mi fiesta de los 18 y en que tendremos que ir a España a visitar a nuestra familia.

Mi madre era de España. Ella vino aquí a buscar trabajo y lo encontró. Aquí no tenía a nadie, excepto a su amiga Alicia, la madre de Sonia, que se vino con mi madre. Las dos decidieron adoptar una hija y nos adoptaron a Sonia y a mí. Alicia encontró a un hombre, del que se enamoró y el que ahora es su marido. Pero mi madre no ha encontrado aún a nadie, quizás sea por su poco tiempo libre o porque no sale a divertirse en ningún momento. Pero no importa, porque las dos estamos bien así.

-Iremos el viernes después de tu cumpleaños a España y nos quedaremos allí un mes- propuso mi madre a lo que yo asentí emocionada. Tenía tantas ganas de volver a ver a mis abuelos, a mis tíos y sobre todo a mi prima, que era como una hermana para mí ya que era de mi misma edad.

Enseguida llamamos a mis abuelos para darle la noticia y ellos se pusieron muy contentos.

Mi madre y yo acordamos en hablar en español cuando estuviéramos solas para practicar ya que llevábamos tiempo sin hablarlo.

Me fui a mi habitación muy contenta por la vuelta al país de donde provenía mi madre, pero aun así seguía teniendo ese dolor intenso. Sabía muy bien que no se iba a quitar llevaba ahí casi 18 años, estaba segura de que no iba a desaparecer por arte de magia. Así que lo dejé un poco apartado, como siempre hacia y me dediqué a pensar sobre que haría cuando viera a mi familia y me imaginé el reencuentro. Hasta que el cansancio me consumió y entré en un estado de relajación total. Me dormí.

➰➰

Holade nuevo bbs❤
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Besos, Bel:3

Mi otro yo.|Pausada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora