Capitulo 15.|Ms. Coffe.

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Me desperté sobresaltada ¿por qué? Ah sí, mi querida amiga Sophia me tiro un cubo de agua congelada. Al abrir los ojos me la encontré a ella a mi lado con el cubo ya vacío, riéndose y a mi prima detrás descojonándose. Los demás reían pero mientras recogían.

Aquello no podía ser bueno, mi prima se había hecho muy amiga de la rubia y ambas estaban muy, pero que muy, muy locas.

En fin, me levante y ayude a recoger. Cargamos el coche.

-¿Desayunamos en nuestra cafetería?- Dijo Liam.

-Está bien.- Respondimos los demás.

Aparcamos en frente de la puerta de la cafetería y entramos. Todos estábamos hambrientos. Mr. Coffe, como llamábamos a nuestro amigo y dueño de la cafetería nos saludo animadamente y nos pregunto qué tal habíamos pasado la noche. Le contestamos, sin dar muchas explicaciones, porque acabaría contándoselo a mi madre lo que habíamos hecho y vendrían las broncas de que nos podíamos haber constipado o caído o algo.

Vimos a una chica alta, con el pelo castaño recogido en una coleta con un delantal sirviendo unas mesas, no le veíamos la cara ya que estaba de espaldas.

Mr. Coffe se dio cuenta.

-Esa es mi hija, está trabajando aquí porque no ha conseguido aprobar el curso y esto es un castigo.- Nos explico él.- Ahora os la presento.

-Vale.- le dije yo girándome hacía el.

-Bueno, ¿lo mismo de siempre?

Todos asentimos y le pedí que le trajera un cacao a mi prima.

-¡Mr. Coffe!- Grito Carly, el se dio la vuelta.- Pon algo de música por favor.- Añadió está.

Como él sabía nuestros gustos no hizo falta más para que One Direction comenzara a sonar por todo el local. A los cinco minutos estábamos sentados en unos sofás tomando nuestro desayuno que se basaba en cacaos o cafés y napolitanas de chocolate.

Estábamos hablando animadamente cuando mis amigas que estaban en frente de mi pusieron una cara de asombro que hizo que me girase. Levante la mirada y allí estaba, Mr. Coffe con la nueva camarera, su hija. Estaba sorprendida, aguante las ganas de reírme a ver a la ojos marrones con un delantal en el cual ponía Mss. Coffe.

-Bien chicos, pues esta es mi hija Laila.- No podía ser, estaba eufórica por dentro. Laila la chica más popular, la más respetada de todo el instituto, estaba trabajando para su padre de camarera, lo mejor era que estaba castigada por no haber aprobado, eso significaba que no se iba a graduar hoy. Tenía ya varias cosas para restregarle si se volvía a meter conmigo.

-Hola.- Dijo ella tímida, nos había reconocido.- Bueno, lo siento pero tengo que seguir trabajado, encantada.- Dijo cortadamente y mintiendo después se dio media vuelta y se fue.

Era raro nunca la había visto por aquí y él nunca nos hablo sobre su hija, aunque sabiendo cómo era ella, tan "pija y sofisticada" veía normal que ni se acercara a aquel lugar y bueno Mr. Coffe era amable pero siempre fue un hombre discreto cosa que su hija no.

-Oh, siento su comportamiento chicos, está enfadada por lo de castigo, pero es buena chica os caerá muy bien. Le encanta la música esa rara del grupo ese que os gusta a vosotras y es muy parecida a ti Vanesa.- Me sorprendió aquel comentario ¿Laila? ¿Parecida a mi? ¿En qué? Digo yo que en el blanco de los ojos. Solo asentimos y nos despedimos.

Nada más salir me comencé a reír junto con mis amigas. Toda la gente, los chicos y Belén nos miraban como si fuéramos extraterrestres. Cuando paramos de reír, se lo explicamos a mis amigos y ellos lo comprendieron.

Mi otro yo.|Pausada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora