Capitulo 16.|España.

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Después de la graduación ya había pasado una semana. En esta semana habíamos hecho innumerables cosas y después de la fiesta quedamos con gente con la que jamás habíamos salido. Ahora teníamos un grupo más grande, éramos ocho chicas (contando a Belén) y nueve chicos.

En estos días salimos todos juntos y nos lo pasamos genial, nos conocimos mejor y todos nos hicimos muy amigos.

Pero en este momento había dejado Londres atrás y me encontraba sentada con mi prima al lado llorando porque no los volvería a ver a ninguno en mucho tiempo y yo consolándola a no sé cuantos metros de altura, con un pánico tremendo, sí iba en un avión camino a España y sí, aunque monto en avión como cuatro veces al año casi todos los años, sigo teniendo miedo al volar.

Puede que suene tonto pero no paro de pensar que en cualquier momento pudiéramos caer empicados y aunque siempre he querido saber que se siente antes de morir y si eso de que toda tu vida pasa por tu mente es verdad, no quiero morirme aun, soy muy joven y todavía quiero hacer muchas cosas antes de que eso pase, por eso tengo tanto miedo.

Esas dos horas en las que estuvimos montados en aquel avión fueron las más largas de toda mi vida, encima de que estaba aterrorizada, no pude dormir a causa de los llantos de mi querida prima que no paraba de repetir que no los volvería a ver en mucho tiempo. Pero yo estaba segura que no era porque no los volviera a ver, era porque no lo volvería a ver a él, a Dylan. Sí, mi pequeña prima se había enamorado pero no lo quería admitir, aunque se notaba a kilómetros, ella lo negaba, al igual que él, al igual que los dos decían que aunque ellos sintieran algo el otro no lo sentía. ¿Verdad que es para pegarles? Y es que nada de lo que hicimos mis amigos y yo por juntarlos no funcionaba, ellos eran demasiado vergonzosos y tontos como para darse cuenta de su mutuo amor.

Pero estoy segura que hablaran y se terminaran dándose cuenta y declarándose el uno al otro.

Después de un interminable viaje hasta Madrid por fin estábamos en la casa de mis abuelos.

Mis abuelos tenían una bonita casa a las afueras donde nos quedábamos todos cuando mi madre y yo los visitábamos.

Pero este año no me instalaría allí, este año ya tenía los dieciocho e iba a irme a un piso del centro que mis tíos y mi madre habían alquilado para mí y mi prima. Habíamos conseguido que aceptaran para que comprobaran que nos podíamos cuidar por nosotras mismas y que estábamos preparadas para vivir solas en un futuro. Y también teníamos que trabajar para pagar los gastos y y demás. Lo de trabajar no nos gustaba pero bueno, seríamos independientes durante dos meses, no iba a ser todo pasarlo bien ¿no?

El piso era pequeño pero muy bonito. Lo primero que se veía al entrar era el comedor, con una bonita mesa con diferentes sillas, a la derecha una vitrina que iba desde el techo hasta el suelo. El salón tenía un sillón gris en forma de L encima una estantería marrón, una mesita y en la pared de enfrente una televisión y una chimenea. Había dos habitaciones, muy parecidas con una gran cama, una pequeña mesa y un armario que iba desde el techo hasta el suelo. La cocina tenía un tamaño normal y tenía un asiento debajo de una ventana al lado de la encimera. Tenía un solo baño, muy sencillo, una bañera, un lavabo muy simple, el váter y una estantería. Estaba decorado a nuestro estilo y era perfecto para mi prima y para mí.

Eran las siete de la tarde cuando terminamos de instalarnos, colocamos toda nuestra ropa, las cosas de la cocina, adornamos un poco las pareces con fotos y llenamos las estanterías con libros y demás.

Mi prima aun seguía triste asique tuve una idea. Hable con mis amigos por Whatsapp y todos estuvimos de acuerdo con el plan.

-Belén cariño.- Le dije a mi prima.

Mi otro yo.|Pausada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora