ㅤㅤㅤ O2. CARVER CAFÉ

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   Anastasia no estaba tan risueña como de costumbre y eso era muy obvio, rara vez se le veía en otro estado que no sea una tranquila felicidad con sentido del humor un poco oscuro. Por supuesto que la situación lo ameritaba, dos de sus amados sobrinos estaban pasando un momento difícil que estaba fuera de su compresión. Esme parecía estar en el mismo estado que ella al igual que Carlisle, pero su hermano hacía el esfuerzo de disimularlo.

El primero era Jasper, lo cual no era una sorpresa, aunque para ella era más bien una decepción pero no se atrevió a decirlo en voz alta. El poco control que tenía se había dispersado con increíble facilidad por una humana, una simple e indefensa humana, la misma que corrompió a su otro sobrino, Edward. Ana aún se hallaba sorprendida, a la vez que perturbada, de que su primer sobrino hubiera perdido su rígida compostura.

Tal vez no entendía del todo lo que estaba ocurriendo porque todavía no había tenido el placer, o quizás la desgracia, de conocer a Isabella Swan. Además de los problemas familiares, la mujer no había tenido tiempo de ver a Charlie para indagar sus sentimientos. Pero, como ella había dicho, Esme ayudó al jefe con la decoración de la habitación, su cuñada también le había relatado que se había encontrado al castaño en el supermercado y que él le había confirmado la llegada de la adolecente además de expresarle que Bella parecía muy contenta por el aspecto de su espacio.

Sabía de buena fuente que el hombre parecía significativamente más feliz ahora que su hija estaba por el pueblo y eso le resultaba un consuelo ciertamente culposo. En los pocos momentos que se permitía fantasear en la fría comodidad de la morgue le resultaba regocijante la idea de efímera felicidad de su compañero, rápidamente la culpa la inundaba y hacía lo posible por olvidarse de sus fantasías para volver a la cruda realidad.

Edward se había ido a Denali y en una semana había vuelto, una semana que resultó larga y tortuosa. Las decisiones del joven eran tan confusas que ni Alice podía seguirle el ritmo y, por primera vez en mucho tiempo, el futuro se veía incierto. Su sobrino había tomado, de manera momentánea, la decisión de ser un masoquista y volar alrededor de Isabella igual que lo haría una abeja con una flor repleta de dulce polen, sin saber cuándo descendería y se la llevaría toda. La situación de Jasper no era muy diferente, de hecho era igual de masoquista.

Ana apreciaba el gesto de su sobrino favorito, pero honestamente habían sido más los momentos de debilidad que de fortaleza. Ella solo podía ver como sus sobrinos cada vez parecían más cerca de ceder a la tentación en lugar de repelerla como tanto querían, y como tanto se esperaba de ellos.

La impotencia comenzaba a ser la tortura voluntaria de los Cullen adultos.

Jasper y Edward eran lo suficiente mayor para decidir por sí mismos que iban a hacer, y ambos habían elegido la tortura masoquista. Por supuesto que para los mayores la idea de los jóvenes se fueran los entristecía demasiado, de igual manera lo hacía que ellos se quedaran porque sabían que estaban sufriendo.

DEAD, charlie swanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora