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ㅤㅤㅤAnastasia podría decir que, a comparación de los cinco días de espera, esas casi dos semanas se habían sentido significativamente mejor. Ella estaba un poco sorprendida de su propia calma. Había visto a Charlie desde la distancia, a veces se cruzaban y se saludaban, pero eso era todo. La vampira tenía que hacer gran uso de su autocontrol para no acercarse un poco más. Para su suerte, el humano no había insistido que se acerque más de la cuenta. Ambos se lo estaban tomando con calma.
Claro que, siempre había algo que sucedía y rompía la efímera tranquilidad.
—¿Y bien, Alice? —la rubia puso sus ojos en blanco por el tono ansioso de su sobrino.
—Ya basta, Edward. Le dará migraña si sigues insistiendo —a la castaña no pareció importarle, de hecho, estaba con los ojos cerrados y concentrada, mientras que Jasper le dio una mirada de agradecimiento, no tenía ganas de pelear más con su hermano.
—De verdad que no puedo verla, Edward —le respondió la pequeña vampira, frustrada consigo misma.
—Muy bien, esto se acabó —la mayor se puso de pie, dándole una mala mirada al cobrizo. —Vamos a su casa, sube a mi auto —el vampiro desapareció en menos de un segundo, haciéndola suspirar y se giró a su sobrina. —¿Estás bien, Alice?
—Sí, estoy bien —le dio una pequeña sonrisa y un par de cabezazos. La mujer miró al rubio en forma interrogatorio, él rápidamente negó con la cabeza.
Alice estaba mintiendo.
—Por favor, deja de esforzarte tanto. No te hará bien —su sobrina se limitó a asentir y apoyar la cabeza en el hombro de su esposo. —Te llamare para avisar, ¿está bien? —antes que respondiera, se inclinó y le dio un beso en la frente, haciendo lo mismo con Jasper.
Con un suspiro, salió afuera, donde estaba su auto y un obediente Edward en el asiento del copiloto, listo para ir a la casa de los Swan. Al subir, le dio una mirada de asesina para que no hablara más, había soportado su mal humor desde que había vuelto de la escuela.
Bella y Edward se habían peleado, no es lo que su sobrino dijo, pero así lo había dado a entender. Esta vez estaba del lado de Bella, su sobrino le había ocultado la visión de Alice sobre la visita de la pelirroja vampira nómade que pertenecía al clan de Laurent, mismo del que venía James, y se la había llevado a Florida bajo una mentira. También, para su mala suerte, no habían tenido suerte en atrapar a Victoria. Swan decidió irse, muy molesta, con su amigo Jacob, el hijo de Billy que era un hombre lobo.
