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ㅤㅤㅤAnastasia se preguntaba si en su familia había una maldición que los obligaba constantemente a que las cosas vayan mal. No, mal era un eufemismo. A que las vayan terribles, espantosas, horribles. Su vida era cada vez más similar a una muy mala película de terror. Siempre en suspenso, sin saber lo que vendría después de las pausas dramáticas.
Ni siquiera Alice podía adelantarse tanto al desastroso ritmo de vida que tenían.
Como si el momentáneo terror de Bella muerta no fuera suficiente, ahora Jacob estaba imprimido en Renesmee. Era desagradable, pero eso había salvado a la bebé de seguir con vida. Aun así, nadie pudo detener a un furioso Charlie mientras Bree lo alentaba a golpear al chico.
Ana siempre odió los metamorfos, pero ahora tenía razones para hacerlo y su esposo también.
Y como olvidar que Nessie, un apodo que personalmente detestaba, crecía inhumanamente rápido. Tenía dos días de nacida y parecía de unos cuantos meses. Si la información que habían encontrado del embarazo había sido escasa, la del crecimiento de un bebé nacido entre una humana y un vampiro era inexistente.
Era preocupante, realmente lo era. ¿Cómo se vería en un año? ¿O en diez? No había nada malo en ella, al menos no en salud, pero no encontraban explicación al rápido crecimiento. No había mucho más para hacer que esperar y estudiarla, lo que por las circunstancias no era la mejor opción.
Pero la bueno noticia era, porque sí había una cosa buena, es que Bella no estaba muerta. Bueno, no todavía. El veneno había llegado a surgirles efectos, o al menos de eso estaba convencido Carlisle. Era un poco difícil saberlo porque el efecto tardío de la morfina hacía que la castaña estuviera inerte.
Al final del día las cosas se estaban acomodando, o eso creía.
Ya habían dado por sentado la permanente presencia de Jacob y su necesidad extraña de estar todo el tiempo con Renesmee. Charlie, Rosalie y ella eran los que más de quejaban de eso, pero lo habían aceptado de mala gana. Ya no había problemas con la manada de Sam, o al menos así parecía. Y Bella no tardaría en volver.
Todo estaba bien, ¿cierto?
—¿Ana? —La voz del neófito la apartó de sus pensamientos y lo miró. —¿Estás bien? Parecías perdida.
Asintió con la cabeza, aunque no le había presado atención para nada. Se quedó reflexionando como si su familia no fuera de vampiros, si ella no fuera una vampira, todo sería muy diferentes. Estos problemas tan particulares ni siquiera serían algo pensable siendo humana.
—¿Alguna vez te pedí perdón? —preguntó con sus ojos dorados fijos en los de Charlie.
Por fin eran dorados, algo que él ansiaba hace tiempo. Para ella no cabía duda que ese color le sentaba mejor que el rojo y el anaranjado, o el negro.
