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ㅤㅤㅤAnastasia miró inexpresiva la mueca que Edward puso para intentar convencerla. Trataba de verse inocente y como un buen sobrino, cosa que él no era en lo absoluto.
―Esto es absurdo.
―¿Absurdo? ―repitió indignado. ―¿Qué tiene de malo que salga con mi novia?
―¿Por qué no la sigues viendo dormir como todos los adolescentes necesitados? ―hizo una mueca pensativa que hizo al cobrizo rodar los ojos. ―Oh, espera, los adolescentes necesitados no hacen eso, solo los psicópatas ven a gente dormir. Además de que no eres un adolescente necesitado, eres un maldito anciano.
―¿Cuál es tu problema? ―cuestionó molesto y Ana le dio un golpe en la nuca.
―Para empezar, no me hables en tu tonito de adolecente rebelde, porque no lo eres ―se cruzó de brazos. ―Mi problema es que quieres llevar a Bella al partido aun sabiendo que yo no estaré para ayudar a Jazz o sabiendo que eso irritaría a Rosie. ¿Por qué la quieres llevar? Ella no pude jugar.
―Quiero salir más con ella, ¿es eso un crimen? ―dijo con sarcasmo que solo provocó que la mujer lo mire con seriedad.
―Quieres que manipule a Charlie, que sea una distracción para que él acepte que te lleves a su hija sin su supervisión.
―La última vez me ayudaste ―ella gruñó.
―¡Eso es diferente! Lo estábamos incluyendo, no excluyendo ―respondió y dejó en evidencia su molesta.
Frunció el ceño cuando unas pequeñas manos se colocaron sobre sus hombros y parecían masajear esa zona. Miró sobre su hombro a Alice.
―No te estreses, tía Anastasia. Todavía veo a Bella en el partido, así que iras con Charlie. Está decidido.
Jasper la miró con una mueca de disculpas por la carente delicadeza de su esposa.
―¿Entonces por qué demonios me pregunta? Arrástrame hasta allá ―sugirió con sarcasmo y puso los ojos en blanco.
―No me des ideas ―bromeó Edward pero solo recibió una mala mirada por parte de la mayor.
Ana no quería presionar a Charlie a desarrollar sentimientos por ella, de hecho trataba de evitarlo. A veces no podía, se le volvía insoportable saber que tenía a su compañero de vida cerca y no estaba junto a él, siendo feliz con la simple acción de aspirar su olor.
No solo ella se estaba enamorando perdidamente de él, sino que tal vez Swan se estaba enamorando de Cullen.
