Chapitre 3

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Por la mañana, Penny se levantó de la cama con el celular en la mano, añorando con muy poca esperanza a que Sherman le enviara un mensaje de buenos días.


Así como estaba, bajó a desayunar, para ese entonces, Paty y Peter ya estarían en el trabajo. De repente se percató que sus padres estaban en pijama desayunando, algo que, de verdad era inusual.


-¿Buenos días? -saludó Penny escondiendo su teléfono en el bolsillo de atrás.


-Buenos días hija. -respondió Peter que agarraba el periódico con la mano izquierda y en la derecha sostenía su taza de café.


-¿Dormiste bien carinño? -preguntó su madre que estaba sirviéndose té.

-Sí. -Penny volteó a ver a su alrededor, el calendario no estaba marcado, no eran las vacaciones de los señores Peterson, y las sirvientas de la casa no se veían en ningún lado. -¿Qué pasa?


-¿Qué pasa de qué cariño? -Paty se sentó junto a su esposo con una sonrisa resplandeciente.


-¿Tan raro es que estemos aquí? -preguntó su padre con una risa fingida. La respuesta era demasiado obvia.


-Sí. -dijo secamente ella.


Se sentó lejos de sus padres, algo salió mal, algo iba a cambiar drásticamente, que sus padres estuvieran en su casa, desayunando en familia, era claramente, una mala señal.


-Díganme que sucedió. -espetó amargamente -Ahora. -ordenó.


-Sí... -dijo su madre -Es muy raro vernos en el desayuno.


-Pensé que no lo sería. -Peter bebió más café.


-Ahora. -repitió amarga.


-Te vas a Alemania. -habló su padre con seriedad, la decisión ya había sido tomada, y no había nada que Penny pudiera hacer,  eso decía su expresión.


-¿Por qué? -balbuceó temerosa, ¿Alemania? ¿Sola? ¿Cuándo tomaron esa descabellada decisión?


-Todos -corrigió su madre -vamos a ir a Alemania.


-¿La alta sociedad de Nueva York ya no es lo suficiente para ustedes? -escupió Penny malhumorada.


-Para ti no. -dijeron a la vez, pero Penny no entendió.


-¿Y si no quiero ir? -les retó frunciendo el ceño.


Los ojos de sus padres se pusieron en blanco, siempre habían cumplido todos los caprichos de Penny, pero éste, no. Esa vez no.


-Irás aun así, cariño. -su madre usaba su habitual tono acaramelado. -Te gustará vivir allá.


-¿Por cuánto tiempo? -Penny se paró de su asiento rápidamente, claro que le gustaría vivir allá, pero ahora no. Sherman... 


-Cuando termines tu...-comenzó su mamá y no pudo terminar porque Penny le gritó que no.


-Cariño ya está decidido. -dijo su padre como si en el aún existiera autoridad. Penny se cabreó.


-¡No iré! -Penny subió corriendo las escaleras para llegar a su cuarto, se arregló y empacó unas cuantas cosas en una maleta pequeña. Ella sabía que iría, no importaba qué, iría en contra de su voluntad.


Penny no tenía ningún problema con los alemanes, de hecho ya había ido varias veces de vacaciones y dos veces en el pasado cuando ella y Sherman tuvieron que hacer un proyecto sobre las Guerras Mundiales.


Bajó corriendo las escaleras sin escuchar las voces de sus padres tratando de convencerla, no le preguntaron a dónde iba y ella no dio explicaciones tampoco. Todos sabían a dónde se dirigía.



Sonó el timbre, Sherman escuchó la voz de Penny que lo llamaba, él sabía que ella llegaría por el mensaje que le envió:


"Te necesito"


-Adivino -dijo al abrir la puerta Sherman -Tus padres van a comprar tarta de fresa y tú quieres de moras.


-Cállate Sherman. -Penny entró enojada en el penhouse sin decir más, entró al cuarto de Sherman y fue a la "sección de emergencia". Él la siguió de cerca.


Habían creado su propio fuerte con cosas que necesitarían cuando quisieran escapar, juntos. Tenían provisiones como para pasar el fin del mundo, juntos.


Penny tomó otra maleta y la empezó a llenar con ropa de los dos. Sherman se recargó en la puerta sin esperar la explicación, por su mente pasaban todos los años y lugares a donde podrían ir, sólo esperaba la indicación de ella.


Sherman no recordaba cuándo hicieron la "sección de emergencia", sólo recordaba que Penny le dijo:


-Es para cuando estemos en problemas y queramos escapar o para cuando pase una emergencia, o el fin del mundo.


-Es lo más raro que he hecho en mi vida. -le dijo él.


-Estamos juntos en esto -le dijo ella empujándolo con cariño. -Y siempre lo estaremos.


Sherman se rió, tres días después de esa escena, Penny consiguió al novio número 5.


-Adivino -dijo el señor Peabody al entrar al cuarto, Penny estaba empacando linternas y demás -Tus padres no quisieron comprarte chocolate.


-Es un problema más grande que las tartas y el chocolate. -respondió con un nudo en el pecho.


El señor Peabody y Sherman se voltearon a ver y rieron.


-No imagino algo más problemático que la tarta. -dijo burlón Sherman.


-Esto no pasaría si tus padres te tartaran más. -bromeó el señor Peabody.


Sherman rió. -¿Osea cómo?


-A 1900 Sherman. -le ordenó ella mientras lo jalaba de la manga.


-Sí señorita. -respondió él con una sonrisa.


-Que les vaya bien. -se despidió el señor Peabody moviendo su patita de un lado a otro desde el cuarto.


"Eres un tonto, Sherman" pensó Penny.

Sherman et PennyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora