Chapitre 17

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-Buen día. –le dijo Allen despertándole y llevándole el desayuno a la cama, aunque con poco frío.


-Buen día. –respondió ella sentándose y tallándose los ojos.


Mientras ella desayunaba torpemente, Allen estaba mensajeándose con alguien por el celular, a Penny le extrañó verlo sonreír mientras escribía en el celular tan rápidamente.


-¿Qué haces, cariño? –le preguntó Penny alzando la vista, Allen apagó la pantalla del celular enseguida.


Nervioso, respondió que nada y se fue a la cocina a beber café. Penny tomó su celular y le envió un mensaje a Yasashi.


"¿Cómo puedo saber si Allen me engaña?"


No contestó.


Penny estaba muy triste y confundida como para seguir con su investigación que su verdadero maestro le había pedido y, en cambio, empezó a diseñar un vestido. Sin saber quién se lo pondría ni sus medidas, ella sólo empezó a hacer trazos y más trazos, y un precioso vestido de color blanco papel se formó.


-Es impresionante que hagas cosas así cuando te aburres. –le elogió Allen que pasaba por ahí.


-¿Lo dices en serio?


-Sí, ¿no quieres trabajar en eso? Ganarías mucho dinero. –opinó mientras metía papeles importantes en su maleta.


Penny se encogió de hombros y Allen le regaló un beso en la mejilla. Y se fue, dejando a Penny sola con sus dibujos.


Los guardaba en un folder azul y verde, para que no se le perdieran, incluso los guardaba debajo de la cama, porque cuando se despertaba le daban ataques de inspiración y lo único que quería hacer era diseñar vestidos preciosos y modernos.


También ella se preguntaba por qué no trabajaba en eso, pero luego se le olvidaba.


Cuando Allen llegó a la casa, Penny lo recibió con un abrazo y un beso. Allen estaba cansado, así que se acostó a dormir.


-Ha sido un día largo. –se excusó antes de caer dormido. Penny asintió triste y se dedicó a vagabundear por la casa.


Una casa bonita, elegante y pacífica.


¿De qué le servía tener una casa tan hermosa si ni siquiera la disfrutaba?


Cuando ya era tarde, Allen se levantó y se bañó, Penny también  se bañó con él. Y cuando ella ya se iba a dormir con el pijama puesta se dio cuenta de que Allen no se vestía con el pijama, sino con un traje negro para salir.


-¿A dónde vas? –preguntó extrañada.


Allen sonrió y fue a acariciarla y a besarla, tranquilizándola. –En seguida volveré, mi amor. Tengo asuntos pendientes.


Sherman et PennyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora