Disclaimer: Todo lo que aparece en el fic es de Rowling, incluidas sus contradicciones.
¡Hola!
Aquí vamos con el segundo capítulo de esta cursilada tan larga. No sé si os interesa saberlo, pero yo lo digo por si acaso: la corrección avanza a muy buen ritmo.
¡Muchas gracias por leer y un abrazo!
-----
Aquella noche, los nueve que habían regresado disfrutaron del banquete de bienvenida como alumnos por última vez en sus vidas. Harry sentía sus emociones divididas entre la satisfacción y la nostalgia. Un capítulo de su vida se estaba cerrando mientras McGonagall, mucho más aséptica y práctica que Dumbledore aunque igual de carismática, les recordaba las normas del colegio y les conminaba a permanecer unidos y no enfrentarse como casas más allá del ámbito académico. La familiaridad de la ceremonia de selección contrastó con sus recuerdos al ser Flitwick esta vez quien desplegaba el largo pergamino y, ayudado de un escalón, ponía el Sombrero Seleccionador sobre las cabezas de los nuevos alumnos de primero.
Harry aplaudió con el resto de sus compañeros a cada alumno, observando con curiosidad sus reacciones de ilusión, interés y emoción al caminar hacia sus respectivas mesas. Eso le hizo darse cuenta de que desde las mesas de las cuatro casas les observaban sin disimulo alguno.
—Es irónico —susurró Hermione, a su lado. Se habían sentado en el mismo orden que durante el almuerzo de manera tácita, por lo que Harry volvía a estar entre su amiga y Malfoy—. McGonagall ha pedido unidad, pero a la vez... ¿no tenéis la sensación de estar separados de los demás? No sólo separados: diferenciados. No pertenecemos a ellos.
—Será parte de su plan para que nos unamos entre nosotros —masculló Harry, dándole la razón a su amiga.
—Creo que tienes razón, Harry —aprobó Hermione. Harry se volvió hacia Malfoy, que estaba observándole con un gesto intrigado y escuchándole con atención. Apartó la mirada de él cuando Malfoy se giró para seguir mirando la Selección, preguntándose qué había sido aquello.
Cuando por fin apareció la cena sobre las fuentes y los platos, el grupo se animó rápidamente al conversar sobre los detalles de la fiesta que habían comenzado a organizar durante el almuerzo. Dean había propuesto tener su propia ceremonia de bienvenida y prácticamente todos habían asentido aprobadoramente. Harry, Neville y el propio Dean habían bajado a Hogsmeade a comprar cervezas de mantequilla y dulces y Hermione y Morag habían pedido los permisos correspondientes a McGonagall y Flitwick, que habían dado su aprobación. Justin había anunciado que se encargaría de dinamizar la velada para que todo el mundo se divirtiese.
—Cuando era pequeño, fui a varios campamentos de verano. También lo hice durante los primeros veranos de Hogwarts. La primera noche nos reuníamos junto a una hoguera y jugábamos algunos juegos para ayudarnos a romper el hielo y que hiciésemos amistad lo más rápido posible —les había explicado con entusiasmo—. Me acuerdo de casi todos. Hay un par de ellos que os divertirán, estoy seguro.
El resto, menos Malfoy y Michael, que seguían taciturnos, aprobaron la idea. Al terminar de cenar se dirigieron todos juntos al ala este de manera similar a cómo habían hecho al mediodía. Harry volvió a fijarse en que Malfoy los seguía en último lugar desde una prudencial distancia, como si no le quedase más remedio que estar allí.
«O como si creyera que este no es su lugar», comprendió Harry, recordando todas las veces que él había ocupado esa posición en cualquier comitiva en la que hubiese estado envuelto Dudley o alguno de sus tíos.
ESTÁS LEYENDO
La generación de la guerra [Drarry-Harco]
FanfictionLa vida de Harry tras la guerra carece de rumbo y acaba decidiendo volver a Hogwarts junto a Hermione para terminar sus estudios en lo que aclara su futuro laboral. McGonagall ha preparado una sección del castillo para recibir a los alumnos que han...