Escena extra: Nochebuena

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Disclaimer: Todo lo que aparece en el fic es de Rowling, incluidas sus contradicciones.

¡Feliz Navidad!

Bueno, esta idea me rondaba desde que acabé el fic. Una escena extra donde se viese la famosa cena a la que Molly invita a Draco. En total había tres ideas, yo pensaba que cada una me iba a ocupar unas 1000 palabras, pero resulta que sólo la primera ha ocupado más de 6000 (yo había pensado a las 8 de la tarde en escribirla y publicarla, pero mirad, hasta ahora. Va sin corregir, según la he terminado, algo muy raro en mí, así que supongo que mañana me arrepentiré y empezaré a corregirla, pero mira, subida queda). Ojalá poder daros las otras dos algún día (las tres están relacioandas con las vacaciones navideñas del final del fic). Bueno, al menos esta sí está.

Trigger warning: Sexo explícito. Sexo oral.

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—Un poco corta.

—Te ves bien —dice Harry una vez más. Draco lo ignora y pasa las manos por la túnica, alisando algunas arrugas invisibles mientras vuelve a mirarse en el hechizo espejo que ha convocado en el dormitorio. Él está tumbado encima de la cama. Está vestido al estilo muggle, unos pantalones vaqueros y una de sus eternas camisetas. Draco se vuelve hacia él con una ceja levantada.

—Desde luego. —Alza la barbilla, petulante, y vuelve a mirarse en el espejo. Harry aprovecha que no lo está mirando para morderse el labio. No se ve bien, qué va. Eso sería quedarse demasiado corto. Se ve jodidamente espectacular. Harry se lo está comiendo con los ojos y podría comérselo con la boca si no fuese porque probablemente Draco lo mataría si se atreve a arrugar la túnica—. Tú deberías cambiarte también.

Draco no espera respuesta. Abre el armario de Harry y rebusca entre las perchas. Harry se ríe entre dientes. Apenas reconoce a este Draco nervioso e inquieto. Lleva toda la tarde como un león enjaulado, caminando de un lado a otro de la habitación, rebuscando en su armario y su baúl.

—No vas a encontrar lo que buscas.

—¿Ni una túnica de gala? —Harry niega. La última vez que se puso una, si no recuerda mal, fue en el baile del Torneo de los Tres Magos.

—Draco... es una cena familiar. No va a ir nadie arreglado.

—Pero me han invitado formalmente, así que debo cumplir con las expectativas.

«Nadie espera nada de ti», está a punto de decir, pero se contiene a tiempo. No está muy seguro de que sea cierto. Para empezar, el propio Draco sobre sí mismo. Por no hablar de todas las expectativas que se han autoimpuesto.

—Estás genial, Draco. —Este se vuelve de nuevo hacia él y Harry le sonríe. Sabe, o más bien intuye, que se ha arrepentido varias veces de haber dicho que sí desde ese último día de trimestre en la que la carta de Molly cayó como un bálsamo sobre la herida que había abierto el vociferador de Lucius Malfoy. Draco no suele llevarse por impulsos, es algo que ha podido comprobar en estos últimos meses, pero esa vez cedió a uno de ellos—. Muy guapo, de hecho.

—Iré con esta y los pantalones blancos. Esos me quedan bien y, al ser una túnica con corte de casaca, no se notará que me queda pequeña —Draco se quita la túnica y los pantalones con cuidado, los deja colgados en una percha para que no se arruguen y, en calzoncillos, se vuelve hacia la montaña de ropa que tiene encima de su cama. Harry ha tardado al menos un par de docenas de túnicas en comprender que el baúl de Draco está hechizado y que tiene toda su ropa ahí. «Afortunadamente», ha dicho Draco, frunciendo el ceño. «Dudo que mi padre esté dispuesto a enviarme nada de lo que haya en mi armario de la mansión». Apenado, ha asistido al proceso de verle probarse túnicas que le quedan pequeñas y desecharlas a un lado con una mueca.

La generación de la guerra [Drarry-Harco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora