De solo ponerse de pie lanzó un grito por ayuda, algo dentro de él le decía cuán cobarde era al hacer eso, sin embargo, cuando tropezó y cayó al suelo su grito fue superior.
Si bien Eurus no le había hecho daño, él tuvo que torcer uno de sus pies para salir del sitio en el que lo mantenía cautivo. Aunque estaba siendo dramático, porque solo fue su pie atrapado entre el hueco de un árbol y algunas ramas.
Quizás era su culpa. Porque su hermana solo lo dejó en el bosque y él en un descuido puso el pie en ese lugar. Se odiaba, aunque su estado de salud aún era delicado, lo notaba por la sangre que bañaba la venda que cruzaba su pecho.
-¡Mycroft!- era la voz de Greg.
Intentó distinguir el lugar del que venía la voz, pero un mareo no se lo permitió y cayó de rodillas al suelo. Se maldecía por ser tan débil.
-¡Mycroft!-alzó la mirada y se vio en la peor posición ante su hermano. Derrotado.
-Mycroft-dijo Greg caminando hasta él y poniendo ambos brazos alrededor de su torso, lo alzó e hizo que se pusiera de pie. Lo miró sorprendido, pero al intentar pisar se fue hacia el lado y fue sujetado por el Detective Inspector.
-¿Te hizo daño?-preguntó John ante lo que nadie decía.
-No-dijo suave, pero el rubio se acercó para revisarlo.
-Está abierta la herida, debes ir a un hospital-dijo suave-Greg hay que traer un helicóptero para llevarlo urgente.
-No funcionan los teléfonos aquí-dijo el político mostrando el suyo, no podía hacer llamadas.
-No hay rebote de señales para lograr comunicación-fue lo único que dijo Sherlock mirando a las copas de los árboles-tendremos que llevarte.
-Yo lo llevo-dijo el pelibranco quitándose su saco y pasándolo a John, se acomodó delante de Mycroft, para que se apoyara sobre su espalda y llevarlo, no había otra opción al ser ambos tan altos.
-Espero que no te rompa la espalda-dijo Sherlock, ante lo que el político se sonrojó.
-No pesa, tranquilo Mycroft, todo irá bien-susurró suave y afianzando su agarre en el cuerpo del mayor.
Caminaron a la salida del bosque durante varios minutos, una vez estuvieron de vuelta en Musgrave vieron las luces encendidas, al parecer había vida en la antigua mansión.
-No ha terminado-dijo John sintiendo un nudo en su garganta.
-Quizás sí-por una vez Sherlock quería ser optimista.
-Terminó-susurró Mycroft en el oído del detective, quien sintió cierto alivio al ser parte de ese gesto.
-Myc te bajaré para hacer una llamada y que te atiendan esa herida-dijo suave y bajando con suavidad, ante eso John lo recibió y mantuvo sujeto mientras Greg hablaba.
-Hola, sí, exacto. Bien, esperaremos-cortó la llamada y todos lo vieron sorprendidos.
-¿Quién era?-dijo Sherlock un poco impaciente y sospechando.
-Alguien que ayudará-dijo al momento que se escuchaba un helicóptero a lo lejos.
-Eurus-dijeron ambos hermanos al unísono.
-¡Sigues aliado a ella!-gritó John sin soltar a Mycroft.
-No, solo me dijo que si necesitábamos ayuda se la pidiera-dijo encogiéndose de hombros.
-Te fallará, te va a traicionar ¡y solo nosotros estaremos contigo!-espetó John furioso.
-Watson...-intentó Sherlock, pero vio como Greg volvía a tomar a Mycroft y el rubio se le acercaba.
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Contexto
General FictionAlgo le decía que su hermana no había dejado las cosas al azar y que tanto él como Mycroft estaban nuevamente involucrados en uno de sus juegos.