ix. toro y matador

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Una vez tuve un accidente haciendo skate.

Recuerdo que mi madre casi me termina de matar cuando se enteró de lo que había pasado, yo, en cambio, lo tengo todo nublado. Ni con el paso del tiempo, ese en el que los médicos confiaban, he conseguido acordarme. Pero las sensaciones siguen ahí, como espinas clavadas que no se sueltan por más fuerza que haga.

Esos días estuve solo en el hospital. Ni una llamada, ni una visita, por un momento, creí que había perdido a todos mis amigos. Y no me extrañaría, la verdad. Una vez ADAM se marchó entre en una fase un poco extraña. Un cúmulo de sentimientos que no comprendía y no quería entender, rabia e impotencia porque él se iba, cada vez, más lejos, y se olvidaba de mí. Las preguntas y la incertidumbre me han perseguido hasta estos días, sin saber si él había llegado a sentir lo mismo, si era él a quien veía en mis sueños.

Lo único que consigo recordar de aquel accidente es que yo no era yo mismo. Que no avisé a nadie de mi alrededor, ni tan siquiera a Kojiro, y me fui a hacer skate. S se había quedado vacía esos días y tras una semana sin asomarme por allí decidí volver. Porque creía que de esa forma podría recuperar todas las cosas que se había llevado ADAM. No sé cómo pasó pero acabé rodando por los suelos, lleno de heridas y golpes que me persiguieron durante meses. Estaba solo. Y un profundo vacío se apoderó de mí entonces. Ni quería ni podía sacármelo, así que me rendí.

Desde entonces sueño contigo, seas quien seas.

Porque algo ocurrió entonces. Alguien vino, alguien que sabía que yo estaría allí.

Y eso es lo único que puedo recordar con total claridad. La forma en la que ese alguien me recogió, la fuerza de sus brazos, su respiración agitada al correr para sacarme de allí.

Siempre he creído que esa persona, que , eras ADAM porque era el único que lo sabía. Porque, antes de ir a Crazy Rock, le envié un mensaje, pidiendo una última carrera antes de que se fuera del país. Y siempre, una parte de mí ha querido pensar que fue él quien me salvó de quedarme ahí tirado.

Pero ahora...

Después de mucho tiempo he vuelto a soñar contigo. Y he recordado de nuevo cómo era sentirse arropado por ti.

Antes era ADAM quien aparecía en esos sueños, llevándome al hospital. Pero ahora...

Ahora eres...

—Kojiro...

Los últimos zumbidos de la llamada entrante me despiertan entre balbuceos.

El teléfono se apaga unos segundos después de notificar la perdida y la habitación vuelve a estar a oscuras. Me voy incorporando con ayuda de mi brazo sano hasta estar sentado con la almohada haciendo de respaldo. Es bastante tarde y pero tengo la sensación que es ese gorila estúpido que, una vez más, no puede dormir por cualquier tontería que le haya atormentado esta vez. A veces me sorprende lo rápido que puede llegar a hundirse, cuando parece un buque de guerra blindado y reforzado.

Pero entre los registros de las últimas llamadas no aparece su nombre.

Solo el de Miya.

Que ya ha llamado unas doce veces.

La lista que él solo ha creado en menos de una hora me pone en alerta. Todo mi cuerpo se tensa y un hormiguero entero me sube por las costillas.

Ha pasado algo.

No puede ser otra cosa.

Y no puede ser nadie más que...

—Kojiro...

sodaro kaoru? ▶ matchablossomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora